La mayor parte de la gente confunde el hecho de tener capacidad para comunicarse, con lo de tener que comunicarse. Por eso, la mayor parte de conversaciones que tenemos los humanos son absurdas y totalmente prescindibles. Para muestra, 5 preguntas obvias que seguramente te han hecho alguna vez:
1. Estás en la parada del autobús esperando a que venga. Se te acerca un desconocido y te pregunta: ¿Estás esperando al autobús?.
No te jode, si te parece estoy aquí vigilando la marquesina.
2. Invitas a gente a casa por la noche. Y siempre hay alguien que te pregunta: ¿Dónde están los hielos?.
No sé, ¿quizás en el horno?.
3. Se te pincha una rueda y te paras a cambiarla. Pasa un coche al lado y te pregunta: ¿Has pinchado?.
No, tenía ganas de hacer unas flexiones en el suelo y me he bajado del coche.
4. Lo típico cuando se pierde tu perro o gato es poner carteles por el barrio para ver si lo han visto. Pero claro, siempre hay alguien que cuando te ve poniéndolos, te dice: Oh, ¿se te perdió el perro?.
¡Que va!, si estoy empapelando todo el barrio porque quiero hacerle una fiesta de cumpleaños sorpresa.
5. Le dices a unos amigos si se apuntan a ir al cine a ver una pelicula que se llama “Perdida”. Rápidamente preguntan: ¿Y de que va?.
No la he visto, pero llamándose “Perdida”, supongo que de unicornios que quieren aprender a tocar el piano.
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