Revista Cine

[Análisis]: Juego de Tronos 3×09: ‘Las lluvias de Castamere’

Publicado el 03 junio 2013 por Despiram @FrikArteWeb

Si hace unas semanas ya os anunciábamos que nos íbamos de boda, en el capítulo de hoy de Juego de Tronos, Las lluvias de Castamere, hemos llegado, sin duda, a una de las esperadas. Cierto es que ya hemos asistido a la de Tyrion y Sansa, pero, ojo, ¿tiene ésta algo de comparable? Solo por el título y la letra de la canción, podemos entrever que algo oscuro se cierne sobre nosotros. Contengamos el aliento y veamos, pues, cómo ha evolucionado este episodio, antesala a la Season Finale de la tercera temporada de Game of Thrones y dejemos salir un par de maldiciones por nuestra boca. La ocasión lo merece y, aún más, para el espectador que no tenía ni idea y ni si quiera se olía lo que iba a pasar. No obstante, dejemos lo mejor para el final.

YUNKAI

[Análisis]: Juego de Tronos 3×09: ‘Las lluvias de Castamere’
Más allá del Mar Angosto, Daenerys Targaryen planea su asalto a Yunkai. Pero esta vez no la acompañan sólo ser Jorah y Ser Barristan. Cuenta con una voz consejera más. Con la de ese atractivo capitán tyroshi de Daario Naharis, quien sin su barba azul de mechones dorados que se describen en los libros pero con gestos sutiles y miradas cómplices, parece haberse ganado ya la confianza de la Madre de Dragones. Atacarán Yunkai y de la forma que él dice: a través de una entrada secreta a la ciudad. Una vez llegados a las puertas, Daario, ser Jorah y el inmaculado Gusano Gris acaban con un reducido número de guardias. Todo parecía fácil hasta que una segunda horda de esclavos llega también a hacerles frente. No obstante, todo es poco para nuestros héroes que vuelven victoriosos ante Danny para comunicarle que la ciudad ya es suya. Y qué mejor que escuchar estas palabras de los labios de Daario: “The city is yours”. Le dice mientras ella se derrite… Señores, parece que hemos encontrado un nuevo Khal para este khalasar. ¿O me equivoco?

EL NORTE

Más allá del Muro, varias tramas se cruzan en nuestro camino. Por un lado, nos encontramos a Sam y a Gilly quienes, después de haber escapado con vida y haber aniquilado a un caminante blanco, siguen marchando hacia el Muro. Y oigan, el bueno de Sam no iba a ser menos que Daenerys y también utilizará una entrada secreta para conseguir su objetivo: una puerta situada en el Fuerte de la Noche (uno de los muchos castillos abandonados de la Guardia de la Noche) y que solo se abre ante los hermanos juramentados. Toma ya.

[Análisis]: Juego de Tronos 3×09: ‘Las lluvias de Castamere’
También con destino al Muro nos encontramos a Bran, Rickon, Jojen y Meera Reed, Osha y Hodor. El pequeño grupo, en el que por fin vemos cómo a Rickon le dan una frase en el guión, quizá para que por fin tenga un poco de protagonismo, decide hacer noche en una vieja torre abandonada. Muy cerca de allí, pero sin que ellos lo sepan, se encuentran Jon y los demás salvajes.

Tormund ha ordenado asaltar la casa de un hombre para hacerse con su oro y con sus caballos. El objetivo es acabar también con la vida del viejo, algo con lo que no está de acuerdo el joven Nieve. Pueden robarle y, al mismo tiempo, perdonarle la vida, aunque esto no casa con la filosofía de los salvajes y las palabras de Jon caen en saco roto. No obstante, el bastardo de las ingenia para avisar al anciano y éste consigue huir en uno de sus caballos justo antes de que lleguen sus asesinos.

En su huida, pero perseguido por los salvajes, llega hasta la torre donde se ocultan Bran y los suyos. Una tormenta ha comenzado y Hodor entra en pánico por culpa de los truenos y los rayos. Sus “¡Hodor!” retumban fuera y dentro de su guarida y todos temen ser descubiertos a causa del estruendo. Entonces, Bran, hace algo que hasta ahora solo habíamos visto dentro de sus sueños. Con su mente, se introduce dentro del dulce gigante y consigue calmarlo ante la sorpresa de todos.

Jon Nieve y el salvaje Orell
Sin embargo, a los pies del torreón no hay calma ninguna. El viejo ha sido atrapado y Orell, el otro warg del episodio, exige a Jon que acabe con la vida de su prisionero para demostrar, de una vez por todas, que es uno de los suyos. No obstante, Jon no es capaz de blandir la espada. Raro, ya que sí que fue capaz de hacerlo ante Qhorin Mediamano y no ahora ante los ojos de su amada. Esto lleva a que sea Ygritte la que sesgue la vida del anciano provocando un caos y una pelea en la que Jon demuestra que “tenían razón todo el tiempo”. Mata a Orell pero no sin ayuda. Bran, desde la torre, se ha introducido en el cuerpo de Verano y éste y Fantasma luchan al lado del bastardo. Bran salva a su hermano sin saberlo y Jon, fiel a sus principios, huye a caballo con destino al Castillo Negro. Pero lo hace solo, dejando a Ygrite con quien realmente debe estar: sus hermanos salvajes.

Se separa el grupo pero no solo el de Jon. Convencido de que debe seguir los consejos de Jojen, Bran decide hacer lo que en los libros ocurrió hace siglos: mandar a Osha y a Rickon a un lugar seguro y partir al que el cree que es su destino. Asistimos así a una última escena con el menor de los Stark y la salvaje quien, ni corta ni perezosa, obedece rápidamente a su joven señor y marcha hacia el hogar de la familia Umber. Esperamos volver a verlos antes de que el chico de el estirón…

LOS GEMELOS

Walder Frey y sus comensales

El rey en el Norte y su séquito, con Talysa incluida (¿será éste un guiño a los lectores respecto al futuro de la misma en los libros?), llegan por fin a Los Gemelos, donde, según mandan las costumbres son recibidos con alimento y bebida, prueba de la hospitalidad y protección del Señor que los recibe. Lord Walder Frey acepta las disculpas de Robb, no sin antes dedicar algún que otro comentario hostil hacia el joven lobo y su esposa (¿Se referirá solo a sus pechos cuando habla de lo que esconde bajo su vestido?) y todo bajo la atenta mirada de Lord Edmure quien, curioso e intrigado, no puede dejar de preguntarse cuál de las “bellezas” que ha sido capaz de engendrar Lord Frey será la afortunada de ser su esposa.

Arya Stark y el Perro
Mientras tanto, Arya y el Perro se aproximan también a Los Gemelos para acudir a la famosa boda. Pero no como invitados. Y es que bien sabemos que el objetivo de Clegane no es otro que vender a la chica a su familia y hacerse con una buena recompensa. En su camino, sin embargo, se ven obligados a hacer un alto. Un comerciante ha tenido un percance con su carro. Un carro, por cierto lleno de comida para el banquete nupcial. Sin saber cómo, Arya evita que el Perro acabe con la vida del mercader. Eso sí, el carro para ellos. Que les servirá de caballo de Troya para colarse en el castillo.

De vuelta a Los Gemelos, asistimos por fin al desenlace. No solo Edmure descubre el rostro de la que será su compañera el resto de su vida, sino también nosotros. Y qué grata (y extraña) sorpresa descubrir que Roslin no tiene nada que ver con sus hermanas. Es una joven dulce y hermosa a la que Edmure está encantado de proteger con la capa que marca el inicio de su matrimonio.

Llega el banquete y con él, el encamamiento. Al ritmo de El oso y la doncella, Lord Edmure y Roslin son llevados en volandas a sus aposentos para que consumen su matrimonio. Todos ríen y disfrutan del momento. Los Stark, aún sin saberlo, nunca habían estado tan cerca unos de otros desde la muerte de Ned. Y todo son risas… hasta que se cierra una puerta.

Robb y Talysa
Hasta que se cierra una puerta y suenan Las lluvias del Castamere. El rostro de Catelyn se ensombrece. Viento Gris gime en una jaula. Un armadura oculta bajo un traje de gala. Lord Frey todavía no lo había dicho todo y lo demuestra con un regalo de bodas en forma de puñal, clavado en el vientre de Talysa. Pero ella no es la única que cae. Los arqueros Frey toman posición y, con sus ballestas, disparan a Robb y a Catelyn. No hay piedad para ningún Stark. Hasta Viento Gris sucumbe ante las flechas enemigas mientras lo observa una atónita Arya que ha llegado tarde (o a tiempo) a su destino.

Catelyn Stark
Pero en el interior del salón, no ha terminado la canción. Catelyn, saca fuerzas de donde no las hay, y consigue atrapar a la esposa de Lord Frey, mientras ese hijo suyo que gana batallas pero no la guerra y que no ha sabido jugar al Juego de Tronos, llora incrédulo ante el cadáver de la suya. Por su honor de Tully, por su honor de Stark, una Catelyn desesperada jura que hará viudo a Walder Frey sino deja vivir a su hijo. Y por su honor de Tully y por su honor de Stark, cumple su promesa tras ver con sus propios ojos como el traidor de Lord Bolton le corta la garganta al joven lobo. Una puñalada mortal que también recibe ella para caer muerta a los pies de los Frey y poner punto y final al episodio y a esa boda que se anunció a bombo y platillo y que sin duda marca uno de los grandes momentos de esta temporada.

Catelyn Stark

Un momento imprevisible y que nadie se esperaba. Una boda teñida de sangre. Una boda… roja.

PD: Te odio, George R.R. Martin.


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