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Cine en fotos: John y Anjelica Huston

Publicado el 22 febrero 2023 por 39escalones
Cine en fotos: John y Anjelica Huston

«A veces —esto me lo contó mi padre— el abuelo manifestaba sus intenciones por adelantado: iba a estar en un determinado hotel en tal y tal ciudad y mi padre tenía que ir a recogerlo un día concreto. Mi padre aparecía según lo concertado y decía: —Está bien, John, es hora de quitarse la borrachera. Me dijiste que lo harías hoy. —¿Dije yo eso? —Sí. —Está bien. Lo dejaré. Y lo hacía. «Aunque tiene otros defectos —decía la gente—, la palabra de John Gore es sagrada». Algunas veces el abuelo se mantenía sin beber durante un par de años, luego cogía una curda que podía durar semanas o incluso meses. No había noticias suyas durante mucho tiempo, y luego la familia recibía una carta o un telegrama diciéndonos su paradero. Solía pasar que estaba en las últimas, hundido en la habitación de un hotel de una ciudad, Dios sabe dónde, algunas veces a centenares de kilómetros. Generalmente era mi madre quien iba a recogerlo y, por norma, lo metía en un hospital donde pudiera desintoxicarse. Mi madre me llevó con ella en una de estas excursiones. Fue a Quincy, Illinois. Estaba lloviendo; mi madre llevaba un paraguas e íbamos caminando debajo de grandes árboles que debían ser arces. Llegamos a una casa blanca que tenía un césped en medio del cual había un gran árbol. Cuando llegamos, llovía muy fuerte. El abuelo estaba sentado en el porche delantero de la casa. Se puso de pie al ver que nos acercábamos y mi madre lo saludó y le dio un beso en la mejilla. Ella me levantó para que yo hiciera lo mismo. Recuerdo su mejilla sin afeitar. Luego mi madre se sentó en el balancín del porche conmigo a su lado. —¿Cómo está Deal? —preguntó el abuelo. Deal era como él llamaba a la abuela. De repente hubo una luz cegadora y un tremendo estampido. El aire se llenó de ozono. Mi madre se cayó del balancín y se quedó de rodillas. —¿Está Deal bien de salud? —preguntó el abuelo. Yo miraba fijamente al árbol del patio delantero, partido por la mitad y humeante, y pensé: «Esto debe ser lo que quiere decir estar bebido… ¡el abuelo ni siquiera se entera cuando cae un rayo!»».

John Huston, A libro abierto. Memorias.


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