Como actúa una madre ante ciertas cosas con el primer hijo y con el segundo PODCAST

Con el primer hijo los padres y madres enseguida encontramos solución a todo lo que ocurre en nuestra casa: se acaba el tomate, uno va a comprar, nuestro hijo se ha manchado la camiseta, la quitamos y lavamos frotando en un periquete, sale el nuevo capítulo de nuestra serie favorita (o la que estamos viendo en ese momento), y lo vemos en cuanto se duerme la siesta el peque.

Pero con dos hijos las cosas funcionan de otra manera. Os cuento en que cosas notamos nosotros diferencia entre un hijo y dos.

Las manchas pasan a ser parte de la camiseta.

Con el primer hijo al mancharse comiendo, de babas o con esas cacas trepadoras, enseguida le cambiábamos, frotábamos la ropa, y la dejábamos lista.  Uno lo hacía mientras el otro se quedaba con el bebé, trabajo en equipo. Con dos hijos aparece una mancha y no corremos a quitarla,  preferimos disfrutar de los dos pequeños que sacar la mancha ya y estresarnos con la lejía y el detergente, además del hecho que si uno se va a limpiar, otro se queda solo con los peques, y al principio cuesta cogerle la marcha a cuidar a dos.

Los cambios de pañales son vistos y no vistos.

Si con el primer hijo andábamos con miedos al cambiar el pañal, cogiéndolo con cuidado y con miedo, con el segundo hijo cambiamos el pañal a la vez que hacemos marionetas, cantamos o quitamos mocos. De verdad que se hace de otra manera totalmente diferfente.

La hora del baño.

Si cuando teníamos un hijo, lo bañábamos entre los dos, para jugar con él, o para sujetarlo más porque se resbala o se movía mucho, no sabemos como, pero con dos somos capaces de bañarlos a la vez, eso sí cuando ya tiene el bebé unos mesecitos. Y esta tarea que inicialmente nos parecía tan complicada, con dos niños se hace estupendamente, y lo que es mejor, los peques disfrutan muchísimo.

Los padres ya tenemos cierta experiencia…

Y eso se nota en que no corremos al pediatra ante cualquier cosa: culito irritado, unos mocos, una caída, unas legañas mocosas… Ahora ya sabemos que nos recomendará el médico ante estas cosas sencillas, y somos capaces de solucionarlo sin asustarnos y sin tener que hacer fila en el médico. Y además sabemos que remedios caseros funcionan cuando están cansados, malitos, y cuales no, aunque ya os daréis cuenta de que con el segundo hijo no suele funcionar lo mismo que co el primero.

Tenemos la casa preparada para niños.

Y llena de cosas útiles para ellos. Esto va relacionado con el punto anterior de la experiencia, y es que en casa tenemos suero, arnidol,  todo tipo de cremas… incluso algún jarabito para la tos y no tenemos que ir a comprar ante cualquier incidente. También tenemos ropa de muchas tallas, lo que hace que si hay un cambio de tiempo repentino, podamos tirar de fondo de armario para  buscar algo adecuado, aunque acabes poniéndole falda a tu hijo pequeño o un pijama rosa rosa. Tú quizá lo ves raro, pero  ellos estarán encantados de compartir ropa.

Con el segundo hijo ya veis que no se empieza de cero, volvemos a ser primerizos porque el niño es único, y será diferente en muchas cosas a su hermano, pero ya tenemos cierta ventaja, y es que la experiencia nos ayudará a disfrutar esta nueva maternidad de una manera diferente.