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Con Pedro Infante: Un rincón cerca del cielo (1952)

Publicado el 15 abril 2012 por Cluisa
Con Pedro Infante: Un rincón cerca del cielo (1952)
Que el cine mexicano es lacrimógeno puede ser un cliché cierto, en algunos casos, sin embargo en general el cine de la llamada época de Oro tiene elementos referenciales que nos posibilitan, ahora luego del paso del tiempo, la lectura de estas obras no sólo como piezas del entretenimiento, si no también como muestras de la identidad de una nación. Pedro Infante se encargó de representar en el cine al hombre común, ese que buscaba abrirse paso en las grandes ciudades, ese que tenía que construir las oportunidades prácticamente de la nada, de escasos recursos, de vida precaria, fue por eso que sus películas tuvieron auge y éxito entre las multitudes. Con el actor mexicano el fenómeno de la  identificación funcionó bastante bien.
Claro que, esa identificación estaba de algún modo idealizada, ya que el actor  representaba los mejores atributos a los que aspiraba la clase popular: bondad, honestidad, una voz melodiosa, porte de galán, gracia y sentido del humor.
Junto a Marga López hizo algunas películas, entre ellas “Un rincón cerca del cielo” drama que narra los avatares de la vida en la gran ciudad para un matrimonio económicamente precario, pero con ilusiones y sueños. Esta película de Rogelio Gonzáles es el prototipo de film con el que el actor mexicano se hizo famoso, gracias a su buena interpretación, y al guión lleno de pequeños detalles que te “enredan” e involucran con la trama. El diablo, para bien, esta en los detalles en esta cinta de 1952.
Pedro Gonzáles, el personaje de Pedro Infante llega a la ciudad buscando una mejor vida, ya en ella se encuentra con Margarita (Marga López) con quien se casa, de allí en adelante una serie de vicisitudes les amargan el destino, a la pareja y a otros personajes que se relacionan con ellos. Personajes que vienen a reafirmar los arquetipos clásicos en los que este cine basa su fundamento e historia.
Un narrador en off da inicio a esta cinta, este recurso engancha y crea interés en el espectador, eso y la gracia de la actuación natural de Pedro Infante (siempre me ha parecido mejor actor que cantante), quien es capaz de hacernos sentir muy miserables (¿ese es el objetivo no?) y nos permiten disfrutar (¿o padecer?) un film  a ratos exageradamente caótico, pero seguramente no exento de verdad en ese mundo que, a pesar del paso del tiempo, a algunos no nos parece tan imposible ni tan ajeno, mas allá del melodrama y las lágrimas excesivas.
Actúa también, Silvia Pinal y Andrés Soler.
Calificación: 9/10

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