Final destination 2 (David R. Ellis, 2003. EEUU & CAN): primera secuela, tan aceptable y bienvenida como la original, de aquella interesante variación sobre el subgénero slasher que contó con el ídolo juvenil Devon Sawa, la bella Ali Larter y un inquietante Tony Todd como sus protagonistas. Dicha inquietud queda aquí relegada en favor de una mayor introducción (más que mayor, se introduce sin más, pues el film original carecía de ello) del humor macabro de serie B (la ultimísima escena). Las muertes resultan sádicas y están bien elaboradas, además de ser a cada cual más cruenta, lo cual es de agradecer en un film que repite, de pe a pá, el patrón que ofrecía la génesis de una saga que llegó a convertirse en una pentalogía. Divertida. Su director se haría cargo, más tarde, de la todavía más serie B, y simpatiquísima, Serpientes en el avión.
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