Revista Arquitectura

Dibujar

Por Arquitectamos
A Ana Fernández del Prado, cuyos dibujos no he visto aún.
Hay una forma inefable de entender el mundo y de entrar en sus secretos: dibujar. Todos los que dibujamos lo sabemos. No quiero hablar de eso que se suele entender por "dibujar bien", y que cada vez sé menos en qué consiste. De lo único que yo quiero hablar es de "dibujar".
Dibujar Gema Hernández Correa
En todas las culturas se ha entendido siempre que el dibujo es mágico, y que tiene el poder de convocar y conjurar, de bendecir y maldecir. Dibujar significa destripar el mundo, abrir los gajos de la naranja y verlos desde el otro lado, desde todos los lados. Dibujar es romper para reconstruir, es fabricar, es desmenuzar y recolocar, es analizar y sintetizar.
Dibujar Antonio Esteban Hernando
Dibujar es comunicar, es pensar, es preguntarse, es sufrir y es divertirse. Dibujar es un vicio y una maldición. Es una bendición que nos acerca a los dioses. Dibujar es hablar con Dios.
Dibujar Jesús Martínez Flores
Dibujar es describir el mundo con todo detalle, pero también es inventar otros mundos que, precisamente por estar basados en las formas, son otra vez este, pero de otra manera.
Dibujar Gabriel Buda
Dibujar es no tener nunca suficiente, no resignarse a nada, no conformarse.
Es soñar, desear. Es disponer lo que debería ser tal como debería ser.
Dibujar Saul Steinberg
Dibujar es dibujarse a sí mismo, es inventarse, es aspirar a algo más que, buscando buscando, resulta que está más en nosotros que nosotros mismos. La palabra "esencia" se queda corta cuando decimos "dibujo".
Dibujar Charles Schulz
Un dibujo puede tener alma, puede ser alegría, pena, decepción. Puede llenarnos de una inexplicable tristeza dentro de la belleza. Perdón: Quise decir "lucidez".
Un dibujo puede plasmar algo más real que la realidad misma, y, jugando con la mentira y con la fantasía, ser más real y más verdadero que nosotros.
Dibujar Bill Watterson
Cuando Schulz dice que Watterson dibuja muy bien las mesillas, con sus cajoncitos y con los tiradores de éstos, yo me imagino al propio Schulz sacando la lengua ensimismado mientras dibuja lámparas con sus tulipas, mesas, gorras, guantes, cometas, platos y pianitos de juguete de los que salen melodías complejísimas, y le veo raro, obsesionado, tímido, depresivo y feliz.
Dibujar Akira Toriyama
Me emociono viendo la horrorosa saga de Son Goku y recordando cómo mi hijo pequeño, hace nada, me pedía que se la dibujara una y otra vez (Goku, Vegeta, Gohan, Piccolo...) hasta que aprendió a dibujarlos a todos ellos mejor que yo y dejó de necesitarme desde entonces. Esos pelos absurdos y esos músculos que desafían cualquier libro de anatomía son una parte importante de mi vida, y no soy capaz de entender nada de todo aquello más allá del placer y del milagro de dibujar.
Dibujar Albert Uderzo
Los dibujos nos hacen entender el mundo, nos hacen crecer, disfrutar, vivir, rezar, reír, gozar. Un buen álbum de aventuras y un buen trozo de pan con unas onzas de chocolate. ¿Hace falta describir la felicidad?
Dibujar Alejandro de la Sota
Los dibujos nos hacen enfrentarnos con los problemas más difíciles, filosofar con el espacio y saltar por encima de él.
Que nadie me diga nunca que no sabe dibujar. No se lo consiento. Que nadie se lamente porque no ha sido llamado por ese camino. Todos sabemos dibujar y todos debemos hacerlo. Dibujar es sumergirse en un papel armado con un arpón, bucear en él y cazar la más feroz de las ballenas.
Si viajas a algún sitio dibújalo, si ves una plaza dibújala. La entenderás mucho mejor; comprenderás su estructura, su espacio, sus detalles. Si además tienes suerte, empezarán a poblarla misteriosos duendes, extraños saltimbanquis, gente muy loca, o muy ligera, o muy maciza, y tendrás una experiencia de esa ciudad, de esa plaza, de esa gente que sólo te la puede dar el dibujo.
Ponte a manchar, ponte a trazar líneas. Ponte a hacer garabatos. Venga. Tienes esa precisa obligación moral. Tienes ese exigente deber ético. Es lo único que puedes hacer. Es lo único a lo que estás obligado. Venga. Lánzate. Es una orden.
(Si te ha gustado esta entrada clica el botón g+1 que verás aquí debajo. Y si crees que el dibujo sí pero no, espérate a la próxima entrada, en la que, en un vergonzoso e indignante ejercicio de hipocresía, contradiré buena parte de todo esto).

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