Revista Coaching

El crecimiento personal no es un cuento de hadas

Por Maria Mikhailova @mashamikhailova

Algunos lo sabréis, otros quizás no... este finde habíamos estado parte de los alumnos de mi curso SelfCoaching en Soria, en el primer encuentro en vivo que hacíamos del curso.

Ha sido un fin de semana intenso, bonito, transformador y no tan perfecto-estupendo-guay-todos-felices como uno podía imaginarse. Sí, siempre salen a relucir nuestras expectativas, ¿verdad?

Por eso he decidido escribir este post, a modo de resumen y conclusiones personales de este encuentro, en el que ha habido grandes aprendizajes, así como fallos y roces, como en la propia vida, ya que somos humanos e imperfectos y porque creo que un verdadero crecimiento sin roces es artificial. Ya que si todo fuera sencillo, ¿acaso nos embarcaríamos en esto del crecimiento personal, estaríamos realizando cursos, talleres, acudiendo a eventos? Al fin y al cabo la vida no es perfecta y todos buscamos crecer, al menos los que estamos en este camino.

Cómo nació la idea de hacer un encuentro SelfCoaching

La idea de este encuentro surgió a raíz de la buena energía del grupo que se ha creado en el curso SelfCoaching en la comunidad privada de Facebook y muchos dijimos que nos gustaría conocernos personalmente.

Decidimos hacer algo informal, a modo de excursión, para conocer la maravillosa zona del Cañón del Río Lobos, un paraje natural impresionante en el Noreste de la península ibérica.

Además una de nuestras compañeras, Maite, ofreció su casa rural para poder pasar un fin de semana todos juntos.

La casa es una maravilla, por lo que seguramente repitamos esta experiencia en este lugar, en medio de la nada, con campos sin fin, y paisajes de colores impresionantes, haciendo que uno conecte consigo mismo y se olvide de los problemas que tiene en su vida fuera de aquel espacio.

El parque natural del Cañón del Río Lobos, con buitres leonados sobrevolando el lugar, cuevas de hace millones de años que huelen a murciélagos, caminos rodeados del verde de la primavera, estanques llenos de nenúfares, libélulas acompañándote en el camino... todo esto es pura magia y belleza en la tierra. Un lugar al que sin duda volveremos a ir.

Todo esto sin contar el hecho de poder conocer en persona a gente maravillosa, conectar con ellos, crear lazos, sinergias, unir fuerzas, reír...

Esta es la esencia de SelfCoaching: colaboración y ayuda mutua.

Pero como te contaba más arriba, no todo ha salido perfecto. Y como lo dije en un vídeo que compartí con compañeros del curso en el camino del cañón, no pasa nada que ocurriera así. Es más: el aprendizaje ha sido aún mayor.

¿Te suenan esos eventos de mega-motivación de los que sales sintiendo que eres capaz de mover cielo y tierra? ¿Y luego pasan semanas y parece que esa super-motivación ya no está y tu vida vuelve a ser gris y parece que no has avanzado nada?

Pues eso es lo contrario a lo que hemos vivido este fin de semana. Es más: ha sido una convivencia pura y dura. Personas muy distintas entre sí, cada uno de su padre y su madre como decimos en España, con caracteres, situaciones y creencias distintas... y aunque todos estemos en este camino del crecimiento personal, cada uno sentimos y pensamos de una manera distinta.

Porque el verdadero aprendizaje está en enfrentarte a la vida real, tal como es, sin intentar maquillarla, sin tratar de mostrarte perfecto y bueno, sino sacando también tus sombras, tu personalidad, tus miedos... y todo en medio de la interacción con los demás, compartiendo un único fin: crecer como personas.

¿Quién ha dicho que esto del desarrollo personal es tarea fácil? Algunos nos tachan de hippies, happys, flower-power. Nada más lejos de la realidad. Somos seres humanos de carne y hueso, con nuestras debilidades y eso se muestra cuando uno se hace vulnerable, cuando se pone en situaciones no tan cómodas... y ahí, si uno se lo permite, se produce el verdadero crecimiento.

Y ahora sí, te comparto los aprendizajes que me llevo de este fin de semana en Soria.

Los 10 aprendizajes del encuentro presencial de SelfCoaching en Soria

El crecimiento personal no es un cuento de hadas

1# El crecimiento personal en grupo es transformador y retador a la vez

En el grupo hemos tenido personalidades muy diferentes, gente más combativa o más reservada, unos más individualistas y otros más gregarios. Y no sólo eso, personas de edades muy variadas: desde los 30 y pocos hasta 50 y tantos, unos con hijos pequeños, otros con hijos adolescentes, otros sin hijos, solteros, divorciados, en pareja... También de culturas y lugares diferentes: Norte o Sur, Este u Oeste, gente de lugares como Ucrania, País Vasco, Cataluña, Castilla y León, hemos tenido también un compañero venía de Canarias, otra de las Islas Baleares y hasta compañeras que se desplazaron de Holanda o Francia.

Muchos nos conocíamos de forma virtual, pero obviamente no es lo mismo que conocernos en persona. A mí me parece mágico ver a gente tan diferente juntos en una misma casa. Pero tampoco es sencillo. Cada uno trae sus expectativas, tiene su ritmo, sus propias necesidades...

Por eso creo que crecer en grupo es muy transformador, porque aprendes mucho de personas muy diferentes a ti. Eso sí, tienes que estar muy abierto a lo diferente y prepararte para malentendidos o expectativas que no se cumplen para todos.

2# Por más evolucionados que estemos, todos tenemos un Ego

Aunque todos estemos en un proceso de crecimiento personal, como es el Curso SelfCoaching, eso no significa que no tengamos nuestro ego o personalidad. El ego no es malo, simplemente debemos procurar que no nos arrastre a querer tener razón.

Porque en un grupo es necesario saber adaptarse a los demás, apagando un poco la necesidad del ego de pensar en uno mismo y sus propias necesidades. Es decir, ceder.

Quizás el problema de mi propio ego (sí sí, yo lo tengo como todo el mundo), es que tiendo a ceder demasiado (eneatipo 9), tratando de que todos estén felices y contentos. Y esto muchas veces es imposible, porque cada persona está en su propio camino de evolución y tiene una personalidad diferente.

El crecimiento personal no es un cuento de hadas

3# La vida consiste en tomar decisiones en cada paso

Una de las cosas más bonitas y más curiosas que vivimos en este viaje fue el paseo por el Cañón del Río Lobos, donde unos fueron más avanzados en dirección al Puente de los 7 Ojos, otros quedaron en el medio y algunos se quedaron atrás, pues el camino era largo: unos 9 km de ida y otros 9 km de vuelta.

En medio de la caminata, conversando con una de las alumnas del curso, llegamos a la conclusión de que este camino era un poco la metáfora de la vida. A cada tramo te toca tomar la decisión: ir directos al objetivo sin mirar atrás, o bien tratar de adaptarte a todos y congeniar con la gente (como es mi caso, por ejemplo), o bien decides que no quieres seguir caminando porque tienes tus razones, algo que considero perfectamente válido.

¿Qué es mejor, qué es peor? En realidad todo es tal como tiene que ser. Responde a tus necesidades, a tu momento, a tu propia evolución personal y la evolución que tengas.

Nada es mejor ni peor, si sabes entenderlo, y aprender de ello. La vida es una escuela de aprendizaje continuo y me parece genial si eres capaz de verlo así. Porque sencillamente sufres menos, sin tratar de cambiar tu realidad, de controlarla al máximo ni deseas cambiar a otros.

4# La importancia de organización y liderazgo

Esta es una de las más grandes lecciones a nivel personal que me llevo de esta experiencia. Como decía más arriba, tengo una personalidad que es muy muy flexible: paz y amor, libertad total.

El caso es que no fui consciente de que incluso en un encuentro informal donde no había actividades preparadas de antemano era necesario tener una organización clara, y más tratándose de un grupo amplio y variado (era mi primer encuentro de este tipo, en lo que sí tengo experiencia es en dar talleres o cursos presenciales donde hay actividades programadas).

Seguramente mi excesivo optimismo y querer que todos estuvieran contentos hizo que no pensara necesario tomar el control de la organización, creyendo (¡otra vez las creencias!) que si todos somos adultos, responsables y formamos parte del mundo del desarrollo personal no tiene por qué haber malentendidos.

Desde luego ahora he aprendido que no debo fiarme de la buena voluntad y que si formo parte de la organización de un encuentro (las organizadoras éramos 3), aunque sea totalmente informal, debo poner orden yo misma sin esperar que las cosas se vayan resolviendo por sí solas.

El crecimiento personal no es un cuento de hadas

5# No puedes contentar a todos a la vez

Otra gran lección personal. Pero la realidad es que incluso si todo va supuestamente sobre ruedas, siempre habrá personas que quieran hacer las cosas a su manera o desean introducir cambios imprevistos.

De manera natural tiendo a decirles que sí, porque para mí uno de los valores máximos es la libertad de cada uno, pero si deseo que todos estén contentos, al final acabo por descuidar a otros. Conclusión: tienes que posicionarte, no puedes hacer felices a todos.

Y esto aplica a nuestra vida entera. Cuántas veces hemos dejado de ser nosotros mismos por querer agradar a todos y al final ni aún así hemos conseguido lo deseado.

Y es que atraemos a los que sí sintonizan con nosotros, por lo que si a alguien no le gusta nuestra forma de proceder, ¿acaso no es mejor dejar que se vayan para dar espacio a gente nueva que vibra en nuestra misma sintonía?

6# Disfrutar del camino, no sólo pensar en la meta

Me encanta este otro gran aprendizaje que además me transmitió una persona maravillosa, una de las alumnas del curso SelfCoaching a la que espero volver a ver pronto. Me contó cómo había realizado el camino de manera rápida con algo de miedo porque se supone que iba a llover (el cielo estaba encapotado y el pronóstico meteorológico y físico -se oían truenos a lo lejos- nos avisaba de que iba a caer una buena), así que el miedo y la prisa hizo que al principio no disfrutara del camino.

Quería llegar cuanto antes al famoso Puente de los 7 Ojos, porque ahí se supone que había una vista increíble y veías a los buitres volar a tu lado...

¡Cuál fue su sorpresa cuando tras más de 9 km de caminata llegó al puente y vio algo que no esperaba para nada! Nos pasó a todos la verdad. El puente ni siquiera tenía agua debajo, el río estaba totalmente seco y no había vista alguna, sino una carretera con coches al lado.

Lo bonito de este paseo no era el puente, era el viaje, era la caminata en sí...

¿No te parece que es como la metáfora de nuestra vida? Queremos llegar al destino sin disfrutar del camino y cuando llegamos no es lo que nos esperábamos. A mí me parece una metáfora alucinante.

El crecimiento personal no es un cuento de hadas

7# Nos pasamos la vida interpretando a nuestra manera

Una de las dificultades del viaje fueron las interpretaciones que hicimos de todo lo que había sucedido. No era fácil comunicarnos en el trayecto del cañón porque la cobertura apenas funcionaba y casi no podíamos oírnos por teléfono. Esto originó varios malentendidos, ya que interpretamos cosas diferentes cada uno.

Y esto lo podemos aplicar a la vida entera. ¿Por qué discutimos con nuestros seres queridos, por qué sentimos que nuestra pareja o nuestros hijos no nos entienden? El caso es que esta es otra metáfora de cómo la falta de comunicación y claridad hace que prejuzguemos a otros y eso origina conflictos.

8# Dejar de juzgar es prácticamente imposible

Algunos pensamos que si estamos en el mundo del desarrollo personal, debemos dejar el ego a un lado, no enfadarnos nunca y dejar de juzgar por completo. Craso error. Creo que por nuestra estructura mental es casi imposible dejar de juzgar o interpretar en numerosas ocasiones.

Lo único que importa es que nos demos cuenta de que estamos interprtando o juzgando, que lo que pensamos no es verdad, así de siemple.

Y lo que sí podemos hacer es aprovechar el tema de juicios nuestros y de los demás para evolucionar a nivel personal. Entenderlo como juicios que son y no prestarle la mayor importancia.

¿Te ha pasado alguna vez que has juzgado a alguien por estar juzgando? ¿Te das cuenta de la paradoja?

El crecimiento personal no es un cuento de hadas

9# La importancia del respeto

Por último, uno de los grandes aprendizajes es que en un grupo amplio es esencial respetarnos tal como somos. No somos perfectos ni nunca lo seremos. No hay personas sólo con luces, todos, absolutamente todos tenemos nuestras sombras.

Cuando alguien rechaza sus propias sombras, inmediatamente rechaza las sombars de los demás y viceversa. Al abrazar nuestras propias imperfecciones, abrazamos las imperfecciones de los demás. Así funciona la vida. Si rechazamos y separamos, creamos dolor. Si integramos y aceptamos (tanto en nuestro interior como hacia fuera), generamos amor y conciliación.

Aquí ya tengo un aprendizaje superado con creces. Desde que empecé en el camino del crecimiento personal hace años sé que la vida no será fácil siempre, que habrá obstáculos, dificultades, dudas, incompatibilidades, miedos... pero al fin y al cabo esto es vida y rechazarla tal como es nos genera mucho dolor. De esto ya habla bastante Sergi Torres.

Yo creo que una vida con sentido es una vida de conciliación, amor, aceptación y perdón. No siempre es fácil. El Ego nos esperará en cada esquina. La cuestión es: ¿qué importa más ser feliz y que los demás sean felices o tener razón y defenderla a toda costa? Yo me quedo con lo primero.

10# Vulnerabilidad como motor de crecimiento

Y esto ha sido mágico. Porque no somos inquebrantables. Porque somos humanos. Porque estamos creciendo. Porque somos diferentes en la personalidad y al mismo tiempo iguales en esencia. Porque todos tenemos un dolor de nuestro pasado y a veces es muy doloroso. Y sólo conociéndolo podrás entender por qué alguien actúa como actúa.

Te voy a confesar algo muy personal: hoy empecé una preciosa terapia de biodescodificación trabajando mi niña interior. Era la primera vez que me ponía a llorar en una consulta. Algo mágico acaba de suceder en mi vida. Algo grande está aconteciendo. Y creo que este evento ha servido para mirarme dentro y darme cuenta de toda la belleza oculta que hay en cada uno de nosotros, de nuestra vulnerabilidad, de lo niños que somos en el fondo. Hoy abrazo a todos los compañeros desde la distancia y el amor. ¡Y sé que volveremos a encontrarnos! Algunos ya están comprando billetes para el próximo taller de SelfCoaching que vamos a celebrar en Septiembre en Madrid. Y estará abierto para todos, no sólo para alumnos. Si te animas, igual nos vemos ahí 🙂

Conclusiones

Mis conclusiones al encuentro de Soria es que ha sido perfecto tal como fue. Que pasó lo que tenía que pasar, tanto lo bueno y maravilloso como lo menos bonito. Y quiero contarlo. Quiero que esto del desarrollo personal deje de parecernos un cuento de hadas porque no lo es. Porque no es siempre bonito. Porque necesitamos de altas dosis de humildad para reconocer los errores, para aceptar las imperfecciones y abrazar a los que son distintos a nosotros.

Desde luego éste ha sido mi primer encuentro grupal y sé que el próximo será diferente, no mejor, simplemente diferente.

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