Revista Cultura y Ocio

El escándalo de la Torre de Nesle

Por Historicon @elhistoricon

Hay maldiciones que, por más que uno se resista a creerlas, provocan un pequeño escalofrío en esa parte de nuestra mente que se pregunta " ¿podría ser cierta?". Este es el caso de la que cayó sobre Felipe IV de Francia, apodado " El Hermoso" (nada que ver con el que luego se casaría con Juana La Loca). Este rey pasó a la Historia, entre otras cosas, como el monarca que suprimió a la orden de los Templarios. Antes de morir en la hoguera el 18 de marzo de 1314, el último Gran Maestre de la orden Jacques de Molay había lanzado una maldición sobre los causantes de su caída, profetizando que antes de un año el rey francés y el Papa Clemente V habrían de comparecer ante el juicio de Dios, cosa que se cumplió.

Pero la maldición no acabó ahí. Los cuatro hijos del rey tuvieron matrimonios desgraciados, y con ellos acabó la dinastía de los Capetos. Por una parte, su hija Isabel (conocida como " La loba de Francia") se había casado con el heredero al trono inglés, pero éste no le hacía mucho caso, prefiriendo la compañía de su amigo íntimo Piers Gaveston (este hecho se narra de pasada en la película " Braveheart"). Por otra parte, sus hijos Luis y Carlos se casaron con princesas borgoñonas que les fueron infieles en lo que se conoció como " El escándalo de la Torre de Nesle ". Sólo la esposa de su otro hijo Felipe fue la única que consiguió que su marido fuera feliz, aunque también estuvo implicada en el escándalo que hoy le narramos aquí. Esta es la historia del episodio que sacudió la corte francesa a comienzos del siglo XIV y precipitó la caída de la dinastía de los Capetos.

Felipe IV de Francia, apodado " El Hermoso", fue un rey rígido y severo, hasta el punto de que también se le apodaba " El Rey de Mármol" o " El Rey de Hierro". El Obispo de Pamiers, uno de sus mayores opositores, decía de él " No es un hombre ni una bestia. Es una estatua ". Como reflejo de su personalidad, su corte era austera y sobria, nada que ver con la suntuosidad de otras cortes vecinas. Este hecho posiblemente fue un factor importante en lo que vendría después.

Sin embargo, ningún matrimonio fue especialmente feliz (con la posible excepción del de Felipe con Juana de Borgoña). Por una parte, Isabel se quejaba continuamente a su padre de que su marido prefería la compañía de su amigo (y más que probable amante) Piers Galveston antes que la suya. Por otra, las princesas borgoñonas, acostumbradas al lujo, ostentación y fiestas de la corte de Borgoña, se aburrían soberanamente en la más austera corte francesa. A esto hemos de unir que Luis prefería jugar al tenis real antes que estar con su esposa, y que Carlos era un hombre muy estricto y presuntuoso, lo que hizo que su matrimonio fuera aburrido. Sólo Felipe y Juana parecían ser dichosos.

Todo comenzó en 1313. La ya reina de Inglaterra Isabel va junto a su esposo a Francia a visitar a su padre. Los príncipes franceses les preparan una estancia por todo lo alto, con numerosas fiestas y recepciones. Tras una de esas fiestas, con espectáculo satírico de títeres incluido, Isabel y Eduardo deciden regalar sendos valiosos monederos bordados a mano a sus cuñadas y a sus esposos. Un tiempo después, Isabel descubre en otra fiesta que dos de esos monederos se encontraban en poder de dos caballeros normandos, Philippe y Gauthier D'Aunay, por lo que empieza a sospechar que existe un romance entre dos de sus cuñadas y dichos caballeros.

Durante su siguiente visita a Francia, Isabel decide informar a su padre del asunto. El rey presta oídos a la acusación que lanza su hija y ordena poner bajo vigilancia a ambos caballeros. Las sospechas van tomando forma, y se constata que los hermanos D'Aunay se ven a escondidas con las princesas Margarita y Blanca. Por lo que respecta a la tercera princesa, Juana, se sospecha que pudo haber actuado de encubridora de las otras, aunque las malas lenguas no descartaban que también ella pudiera estar cometiendo adulterio. Finalmente, a primeros de abril de 1314, en la Abadía de Maubisson (donde se había retirado a meditar tras la condena a los templarios), Felipe IV hace públicas las acusaciones y ordena detener a sus nueras y a los caballeros D'Aunay. Los dos hermanos, sabedores del destino que les aguardaba, trataron de escapar a Inglaterra, pero son finalmente detenidos.

Los hermanos D'Aunay fueron interrogados bajo tortura y confesaron ser los amantes de Blanca y Margarita de Borgoña. Las princesas, incluida Juana (que aparentemente no había cometido adulterio), fueron arrestadas. Todos los implicados fueron acusados de un delito de lesa majestad, ya que el hecho de cometer adulterio deslegitimaba toda la línea sucesoria a partir de las princesas. Los caballeros fueron juzgados por la temida Inquisición liderada por Guillermo de Nogaret y condenados a muerte. Las princesas, al ser de sangre real, tuvieron el privilegio de ser juzgadas por el Parlamento. Sin embargo, de nada les sirvió dicho privilegio. Tanto Blanca como Margarita fueron declaradas culpables de adulterio y sentenciadas a cadena perpetua.

La única que salió airosa fue Juana, que fue declarada inocente (en gran parte por la influencia de su marido Felipe). Aun así, se ordenó que fuese recluida bajo arresto domiciliario en el castillo de Dourdan; su marido maniobró para que fuera puesta en libertad, cosa que consiguió en el año 1317. Las malas lenguas afirman que no había nada de amor en esta decisión, sino la voluntad de Felipe de conservar el Franco-Condado, territorio que Juana llevaba en la dote. Los caballeros D'Aunay, según la mayoría de las crónicas, fueron ejecutados de forma horrible el 19 de abril de 1314 en la plaza de la ciudad de Pontoise. Primero les cortaron los genitales, que fueron dados de comer a los perros. Después fueron eviscerados y despellejados vivos, para ser finalmente descuartizados. Sus restos fueron arrastrados por las calles para acabar siendo colgados de una horca.

"Et de Navarre la reine / Prise comme garce et méchine / Et en prison emprisonnée /A Gaillard où elle fut menée / Dont le royaume était troublé" (Y de Navarra, la reina / tomada como una perra y humillada / Y prisionera / A Gaillard donde fue conducida / Pues el reino estaba turbado)

Otras fuentes, sin embargo, señalan que fue encerrada en los sótanos en condiciones insalubres.

No obstante, no le duró mucho la alegría, pues falleció al año siguiente. El trono fue heredado por su hermano Felipe, apodado " El Largo", que reinó hasta el año 1322. Su principal medida fue instaurar la llamada "Ley Sálica", que impedía a las mujeres reinar, por lo que a su muerte la corona pasó a su hermano Carlos, en detrimento de su sobrina Juana. El ascenso al trono de Carlos, apodado " El Hermoso ", trajo como consecuencia que su aún esposa Blanca fuera sacada de su prisión en Gaillard y confinada en el monasterio de Maubisson, donde tomó los hábitos y murió poco después. Carlos fallecería en 1328, y con él acabó la dinastía de los Capetos.

¿Y qué pinta la Torre de Nesle en todo esto?

La leyenda que asocia la Torre de Nesle a las infidelidades de Blanca y Margarita de Borgoña nació más de un siglo después de los hechos. En 1471, empezó a difundirse la historia de una reina de Francia que había llevado una vida de libertinaje y lujuria, que tenía los encuentros con sus amantes en dicha torre, y que después de disfrutar de ellos los hacía asesinar arrojándolos al Sena metidos dentro de un saco. La leyenda continúa diciendo que uno de esos amantes fue el profesor de la Universidad de París Jean Buridan (famoso años después por sus estudios de lógica), que había logrado escapar de su horrible destino al ser rescatado por sus alumnos.

El único punto de conexión entre la Torre de Nesle y los acontecimientos que hemos narrado aquí fue que Felipe V " El Largo" se la regaló a su esposa Juana de Borgoña en 1316. Sin embargo, Juana no vivió nunca en dicha torre, pues a la muerte de su esposo se retiró a sus tierras del Condado de Borgoña. Allí falleció el 21 de enero de 1330. La Torre de Nesle fue demolida en 1663 para permitir la construcción de la biblioteca Mazarino y del colegio de las Cuatro Naciones. No obstante, la fama que asociaba esta torre con las actividades libertinas de las princesas Blanca y Margarita de Borgoña permaneció en el tiempo, hasta el punto de que hacia 1847 se dio el nombre de " Torre de Nesle" a un establecimiento de mala muerte en la calle parisina de Pot-de-Fer, en el que los delincuentes seducían a las chicas de los barrios vecinos.


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