El pasado 27 de abril mi peque cumplió 2 añazos y le organizamos una fiestecilla a la que invitamos a la familia y amigos más íntimos. Como lo que más le mola en este mundo mundial (al menos en estos momento) es Peppa Pig (para los que no tienen contacto alguno con el universo de los dibujos animados infantiles, familia de cerditos la mar de simpática, aunque tenga sus detractores) la fiesta giró en torno a este animalillo rosáceo y su hermanito George.
Pues bien, ya se sabe que en casa del herrero cuchillo de palo, así que como había tenido una semana muy liada, me pasó que el mismo día tuve que hacer recados de útima hora y no pude esmerarme todo lo que hubiera querido en la decoración del txoko, pero lo importante era pasar una tarde divertida y emocionante para el cumpleañero y sus pequeños invitados y creo que esa faceta la superamos con creces.
Los peques se pusieron morados a sandwich de nocilla, patatas fritas y chucherías varias. Las galletas de Peppa Pig este año eran de Coolkies, una nueva tienda en el centro de Bilbao donde también imparten talleres para pequeños y mayores en el arte de la decoración galletil. La tarta no podía ser de otra persona que de Maitane de Maicupcakes, de bizcocho de chocolate superesponjoso y decorada con unos Peppa y George rechulis.
Cada niño tenía su botellín de agua así como una bolsa de regalitos varios para entretenerles. El kit de entretenimiento constaba de unas gafas, un librito de Peppa para colorear (aunque se me olvidaron las pintus, jajaja), minicoches y un paraguas de chocolate. Después de la tarta y los regalos, hicimos una piñata (con la emoción y las risas no sacamos fotos del momento) de la que llovió confetti en forma de estrella y pulseras de colores.
Con tanto azúcar en sangre, los enanos estaban como motos y nos dedicaron momentos muy divertidos, como Aitana, que se dedicó a esconderse debajo de las mesas. Me temo que los leotardos no volverán a su ser, eso sí, dejó el suelo como una patena y nos ahorró la cuota de limpieza, ¡gracias chic@s!
Aitor a pesar de ser el más peque de todos y de no encontrarse al 100% también aguantó como un campeón y no soltó su careta de Peppa. Asier por su parte, el más mayor (¡¡¡3 añitos!!!) hacía exhibición de saltos y acrobacias varias que normalmente acababan en el suelo (también su hábitat favorito). Y en cuanto a Markel, el homenajeado del día, se lo pasó en grande, abrió unos dos millones de regalos, se emocionó, gritó, rió, comió, sopló sus velitas, aplaudió, bailó, jugó … y como no podía ser de otra manera cayó rendido en su cunita.
Pues esto fue todo, mil gracias a todos los que compartisteis este día tan especial con nosotros y en especial, a mis superamigas, que una vez más, se inmolaron y vinieron a ayudarme raudas y veloces en cuanto se lo pedí.
MILA ESKER DENOI!
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