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Entrevista a Zhang Yimou: "La aterradora sensación de ser inferior me ha perseguido desde entonces."

Publicado el 12 octubre 2012 por Lilik

A la espera de que nos llegue su último trabajo, The flowers of war (película que cuenta con Christian Bale en su reparto), este viernes Zhang Yimou llega a nuestras pantallas con su penúltima película: Amor bajo el espino blanco. Se estrenó en el Festival de Valladolid de 2011 en el que ganó el premio a la mejor actriz para Zhou Dongyu. El film narra la historia de Jing, una colegiala ingenua de la ciudad que se ve obligada a trasladarse a un remoto pueblo de la montaña. Su padre es encarcelado, acusado de ser “derechista” y ella debe ser “reeducada” durante la Revolución Cultural de China. Su vida dará un giro inesperado cuando se enamore de Sun, el encantador hijo de un militar de élite. Es un amor imposible, peligroso, pero la atracción entre ambos es poderosa. La película está protagonizada por dos actores noveles, la citada Zhou Dongyu y por Shawn Dou. Recordamos que Yimou está considerado uno de los mejores cineastas de la actualidad gracias a grandes películas como La maldición de la flor dorada y La casa de las dagas voladoras. Este drama romántico llega a nuestras pantallas este mismo viernes 31 de agosto con distribución de Golem. A continuación, os ofrecemos un recopilatorio de respuestas de Zhang Yimou que nos ha facilitado la distribuidora de la película:
¿Cómo le llegó este proyecto?
Me entregaron un guión basado en la novela Hawthorn Tree Forever, de Ai Mi, en el verano de 2008, cuando el país se preparaba para los Juegos Olímpicos. Me dijeron que debía leerlo sin falta ya que trataba de unos jóvenes a los que mandaban al campo para su reeducación en los años setenta, una experiencia que yo mismo viví. El amor simple y puro descrito en la historia me conmovió. Fundamentalmente, la película habla de temas eternos: la vida y el amor. Quise evitar cualquier tipo de exageración y puesta en escena elaborada. Preferí ceñirme a una narrativa simple, mínima, y dejar que la historia fluyera sola.
¿Por qué escogió a dos actores desconocidos para interpretar a los amantes? 
Quería que la película fuese fresca, pura. Los actores noveles son como una página en blanco. No necesitan actuar, pueden interpretarse a sí mismos. Y para sumergirse totalmente en una película, ayuda no tener una filmografía detrás. Los actores Zhou y Dou son jóvenes e ingenuos, puros, como los jóvenes de los años setenta. Supe que eran perfectos en cuanto les conocí. No me cabe duda de que son la clave de la película. Les pedí que sintieran más que actuaran. Montaba cada noche, después de terminar el rodaje. Su interpretación mejoraba a diario y me centré cada vez más en la interacción entre ambos. Es su historia. La película transcurre con el telón de fondo de la Revolución Cultural. 
¿Cómo ve esta parte de la Historia? 
Fue una tragedia para la nación, para millones de chinos y para mí personalmente. Me mandaron al campo durante tres años y luego debí trabajar siete años en una fábrica. Mi situación era como la de Jing, incluso peor. La aterradora sensación de ser inferior me ha perseguido desde entonces. Incluso cuando aprobé el examen de ingreso en la Escuela de Cine de Pekín, estaba preocupado por si me rechazaban a causa de mi historial familiar. No se borran ese tipo de recuerdos personales y nacionales. La impresión quedará para siempre. Pero no quise hacer esta película por eso. Quise rodarla porque en la historia original, el amor y la expresión de ese amor me conmovieron. En aquella época, las personas expresaban sus emociones de otra forma, pero realmente las expresiones superaban a la época. Me dije a mí mismo que no debía mostrar las heridas. El dolor está y permanecerá en nuestros corazones, pero debemos mostrar la belleza del ser humano. 
Es un tema sensible, ¿la censura le pidió que hiciera algún cambio? 
Todo fue muy bien. También se conmovieron y lo tomaron como una historia de amor. Reconozco que hay limitaciones a la hora de hacer cine en China, pero todo depende de cómo se enfrenta uno al problema. Todos trabajamos en sociedades con limitaciones. La larga historia china y todos sus problemas son una fuente inagotable de buenas historias. Espero que China sea cada vez más abierta, y que la censura sea cada vez más tolerante, pero para eso hace falta tiempo. Fuente: blog.mysofa.es

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