Revista Ciclismo

Fumo, bebo y me sobran kilos. ¿Llegaré algún día a ser ciclista?

Por Rafael @merkabici

Sí. ¿O acaso se cree usted que tendría sentido una respuesta negativa en este humilde blog ante pregunta retórica como la que lleva el título? Política aparte, permítanos entonar el Sí Se Puede, actualmente de moda en España por razones extradeportivas. Claro que uno puede convertirse en un sano ciclista aun viniendo de ser un crápula. Y sin sufrir tanto como usted piensa. Aunque el que algo quiere…

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Empiece. Sí, empiece. Métase 30, 40, 50, 60 kilómetros las primeras semanas, a su ritmo, tranquilo, añadiendo progresivamente más kilómetros, metiendo cada vez más cuestas pero sin perder el resuello ni morir en el intento. Usted mismo se sorprenderá de lo que es capaz de hacer.

Sea constante. Que un día de perros, con lluvia, viento atroz, frío invernal, no le apetezca sacar la bici de carreteras o la BTT quiere decir que usted es humano y que no es raro que nos entre la pereza. Pero no se duerma en los laureles, porque necesita constancia, y constancia quiere decir X días por semana, los que se fijó previamente. Si por el motivo que fuera –trabajo, hacerse cargo de los niños, lo que sea- no puede entrenarse más, trate de mantener lo apalabrado al principio. Al final verá como se terminará enganchando y no perdona ni un entreno.

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Reduzca los vicios. ¿Quién no puede permitirse una cervecita o un buen Ribera de tanto en cuando? Una cosa es beber por placer y otra beber por beber. Especialmente si es usted joven, trate de arrinconar las borracheras y las resacas, sin hacer ascos a una juerga de higos a brevas. ¿Y el tabaco? Pues el tabaco es muy malo, pero no hace falta que lo deje de golpe si ello le cuesta dolor y sufrimiento. ¿Ha probado en reducir su paquete diario a diez cigarros? ¿Y de diez  cinco por día? ¿Y de cinco a uno? Verá cómo poco a poco respira usted mejor. Al tiempo.

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Cuide la alimentación. Si quiere perder peso, pedalear será un largo y tedioso camino hacia su objetivo de adelgazar. Esa tripa no baja tan fácil con la bicicleta, y no es raro comprobar cómo muchos aficionados destacan su vientre con el maillot tan pegado. Que a uno le sobresalga la tripa no es grave ni le impide ser un buen ciclista, pero siempre se pueden perfeccionar las cosas. Primero, combinando el pedaleo con el gimnasio y/o el running, una opción esta para la que uno no siempre saca tiempo debido el elevado número de horas que exige la bici. Segundo, cuidando la alimentación, esquivando las grasas y los dulces, cocinando más y mejor.

Busque un grupo. Métase en foros, pare al ciclista que vea (procure que esto no ocurra en medio de un repecho del 20%), muévase, porque buscarse un grupetto para salir lo agradecerá en el alma. No es lo mismo entrenarse solo que tomar como referencia a un compañero, aunque al principio nos meta minutadas en los puertos más livianos, por no hablar de algún momento de asueto en el que nos apetezca contarnos la vida. Intente identificar a aficionados de su nivel, tampoco vaya a ponerse a desfondarse detrás de corredores del Tinkoff Saxo si se los topa entrenando.


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