Revista Infancia

La aceleración de la crianza

Por Janeth

LA ACELERACIÓN DE LA CRIANZA!!!!!!!!!!!

"Con la paciencia y la tranquilidad se logra todo…….y algo más". (Benjamin Franklin)

Abrumados por un sistema social cada vez más competitivo, y ante una condición económica no demasiado estable, se hace imprescindible que ambos miembros de la pareja tengamos que salir a trabajar y en algunos casos, en más de un empleo. Esto hace que los niños deban estar “ocupados” en diferentes actividades a lo largo de todo el día, cada una en un horario prefijado y estricto, las cuales, si bien no se realizan al mismo tiempo, exponen al niño a un bombardeo constante de tareas diferentes, sin posibilidad de detenerse a pensar en ninguna de ellas.

Todo esto conlleva a una falta de contacto entre padres e hijos, una perdida en la calidad de las relaciones parentales y humanas en general, ya que, si bien todos vivimos en una misma casa, cada uno lo hace “en su propio mundo”. Los niños y jóvenes en su habitación con todos sus “accesorios” electrónicos conectados, los padres ante el televisor “descansando” luego de la rutina diaria.

La situación anteriormente descrita justifica la frecuencia con que se detectan patologías relacionadas, por un lado, con la pseudomadurez poniéndose de manifiesto en estos casos, los esfuerzos de sobreadaptación que deben realizar muchos niños y adolescentes en la actualidad y, por otro lado, con depresiones que son transitadascon apatía, perdida de la espontaneidad, reemplazo de los contactos sociales por la televisión, la computadora o los videojuegos, trastornos del sueño (especialmente hipersomnia) y de la alimentación (bulimia y/o anorexia con edades de comienzo cada vez más tempranas) y problemas en el aprendizaje escolar.

En ocasiones, los esfuerzos para adaptarse a un medio que no satisface adecuadamente sus necesidades de dependencia afectiva, llegan todavía más lejos, y es el niño (o el adolescente) el que pasa a sostener emocionalmente al adulto por su misma necesidad de recibir afecto y asegurar su supervivencia emocional.

A pesar de que los tiempos cambian, las necesidades de los niños son las mismas. Pero ¿qué pasa con los adultos? ¿Tenemos espacio para reconocer nuestros verdaderos sentimientos? O ¿Estamos tan acelerados que no tenemos tiempo para conectarnos con lo que necesitamos y nos pasa en nuestro interior? Si es así, la llegada de un hijo nos dará la oportunidad de pisar el freno y empezar a mirarnos a través de ellos.

(Sandra Aisenberg y Eduardo Melamud – Tu Hijo como Espejo)


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