La creme de la creme de las Salesas

Su atmósfera consigue conquistar al instante. El cercano estudio The Interiorlist ha creado un entorno de aires coloniales, mezclados con los de un café francés, que lo convierten en irresistible. Uno se queda a comer y permanece ensimismado con las grandes jaulas de las que penden antiguas porcelanas a modo de pájaros que se balancean, con el mobiliario en tonos frescos, marineros, con las paredes tropicales y las tapicerías de bambú intercaladas con los sillones aterciopelados. Creme de la Creme es acogedor de principio a fin en cualquiera de sus tres espacios: barra, sala y reservado.

Lo mejor, es que su estilo no solo se queda en sus paredes, sino que también aparece en una sabrosísima carta con platos muy reconocibles, contundentes, bien presentados y muy conseguidos. Sus croquetones de cocido con sofrito de tomate picante y piparras son de lo más parecido a unas croquetas de madre que hemos probado en mucho tiempo con ese toque de frescura que les da el acompañamiento. A ellas se unen entrantes llamativos como la ensalada de codorniz en escabeche con vinagreta de chocolate o el ragú de verduras de temporada con clorofila y cigalas, opciones a las que siguen carnes y pescados que suenan tan bien como la lubina al hinojo con chiles o la presa ibérica con melocotón en texturas.

A mediodía, lo más recomendable es decantarse por su económico menú (15 euros) de dos platos y postre para el que hay que dejar hueco porque sus tartas caseras son un sueño. Dentro de esta fórmula probamos un marmitako de bonito y un vacío de ternera con cebolla confitada en soja y puré de patata que estaba escandalosamente bueno, aconsejados por Mónica García, entregada a la causa de un negocio por el que dejó su carrera profesional en el sector del marketing.

Puede estar contenta, desde luego. Los resultados son, como el propio Creme de la Creme, excelentes.

Santo Tomé, 6. Tlfn. 916 22 99 80