Al final del día de marras, caminando por el parque, se imaginó a sí mismo convertido en grafitero discontinuo y fue dejando en el muro blanquecino de las nubes sus pintadas…
A veces no se nos ocurren las cosas porque no pensamos en ellas.Otras veces, en cambio, quizás más a menudo de lo que en verdad creemos, de tanto pensar que pensamos en ellas, las cosas se nos escurren.En una y otra circunstancia, seguro que siempre vendrá algún listo dispuesto a aprovecharse.(LUN, 32)Rincón de la calle Espalter, Madrid. Foto AJR/2016.