Love (Gaspar Noé, 2015. Francia): un joven egoísta no parará de recordar a su antigua novia mientras maldice su mala suerte con su nueva pareja (con la cual, por cierto, ambos practicaron un trío) y un retoño. Muchísimo sexo real, dividido entre erotismo explícito y puntualmente pornografía arthouse en el provocador y, una vez visto, vulgar regreso del argentino Gaspar Noé, polémico gracias a la controvertida Irreversible (2002), a la realización cinematográfica. La escena de la orgía en el club de intercambio de parejas, con la música de Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on precinct 13, John Carpenter, 1976) es lo único verdaderamente morboso. Concebida para las 3D, pese a que el plano de la eyaculación, con la cámara dentro de la vagina, es de un repugnante y obsceno WTF hasta en 2D. Un film, de lejos, no tan transgresor como se esperaba, más allá de sus elegantes puesta en escena y fotografía (predomina el rojo, como no podía ser de otra manera), caótica narración y una duración demasiado larga. Para olvidar pese al evidente impacto de ciertas de sus imágenes.
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