Revista Opinión

Mi visión de las ciudades (1)

Publicado el 15 junio 2010 por Iagovar

Como algunos sabrán ando con un pequeño proyecto de casa barata y sostenible. Durante el proceso de investigación (el que ocupa la mayor parte de mi tiempo ahora) se me han ocurrido muchas ideas. He llegado incluso a meditar sobre cómo son las ciudades en las que vivimos y, a mi juicio, hacia donde deberíamos encaminarnos.

Mirando por la ventana de mi cocina se vé toda A Coruña. Es una ciudad bastante pobre estéticamente (al menos en su faceta más urbana). Muchos de sus espacios están absurdamente desaprovechados como tejados, azoteas, e infinidad de rincones.

¿No podrían la botánica, la tecnología y la arquitectura darse la mano para crear ciudades más vivas?

Imaginad sólamente si aprovecháramos las azoteas y los tejados. Cada vez que miro desde mi ventana hacia ellos me los imagino como miles de pequeños jardines. Podríamos usarlos para generar frescura en el ambiente. También podríamos aprovechar el agua de la lluvia, filtrada de forma natural por éstos jardines de las alturas, canalizándolas hacia depósitos en el subsuelo. Luego podríamos canalizar el agua hacia las depuradoras, o usarla para fines que no requieran agua potable. En valencia existe un proyecto similar, que pretende recoger el agua de los grandes torrentes para su posterior aprovechamiento. El enfoque es distinto, pero ambas ideas comparten la misma necesidad.

Techo verde
Esquema sencillo de techo verde

Los techos verdes, además, actuan como regulador térmico, de barrera acústica, prolongan la vida del techo, se pueden usar (dependiendo de la extensión, la profundidad y la inclinación) para cultivar, y como ya he dicho, filtran contaminantes, tanto atmosféricos como provenientes del agua de lluvia, y regulan la temperatura circundante, siendo especialmente beneficiosos en nucleos de población. Para techos verdes de bajo mantenimiento, simplemente con colocar una membrana anti-raíces y una capa de drenaje conectada al sistema habitual de canalones, ya tendríamos gran parte del trabajo hecho. Después añadimos sustrato, y plantamos.

En tejados inclinados (a dos aguas o las que sea) también es posible instalarlos mientras la inclinación no sea exagerada. Sin embargo, por lo que he podido observar, los edificios que disponen de ésta configuración no parece que puedan aguantar demasiado peso. En A Coruña hay muchas placas de uralita o materiales semejantes, apoyadas sobre simples vigetas de madera. Por lo tanto, no parece que instalar encima un techo verde sea una buena opción. Habría que estudiar cuán cara podría ser la reforma.

Afortunadamente, aquellos que son de más reciente construcción y mantienen esa configuración, apoyan la teja sobre una plataforma de hormigón, o algo semejante.

Otra opción podría ser suporponer el techo verde a la configuración de tejado tradicional. Podría hacerse posible usando algún sistema tipo Steel Frame y repartiendo las cargas entre el propio edificio, y los colindantes (en caso de haberlos y de que el edificio "anfitrión" no pudiera soportar el peso). Chimeneas, antenas, y demás fauna que se pueda encontrar en un tejado, se puede reposicionar. En el caso de las chimeneas se pueden alargar fácilmente para que atraviese la plataforma del techo verde y sobresalga por encima, continuando así con su tarea. Las antenas, simplemente con recolocarlas en la nueva superficie, es suficiente. Ésta opción habría que estudiarla en profundidad para determinar si estructuralmente es viable.

En A Coruña el casco viejo presenta principalmente techos inclinados de teja. No me atrevería a cambiar esta configuración, ni siquiera usando jardines inclinados. Creo que sería un atentado. Sin embargo, usar esos tejados como captadores de lluvia es tan sencillo como cambiar la configuración de los canalones, reconduciendo el agua hacia depósitos fuera de la propia ciudad vieja, evitando así dañar el casco con las obras destinadas a instalar depósitos.

Una vez almacenada el agua en los depósitos subterráneos, se puede bombear tanto hacia la depuradora municipal, como hacia los propios edificios captadores, para un uso no potable de la misma (cisternas de retretes, riego del propio techo verde en épocas de sequía, etc). Las aguas residuales se pueden canalizar hacia una planta de tratamiento natural, creando un humedal con plantas macrofitas (+), juncos, arenas y gravas. Se consigue abaratar enormemente los costes con respecto a una depuradora tradicional, se crea un espacio verde, y posteriormente se puede verter sin temor el agua al mar. Seguramente se pueda hasta aprovechar el agua, en vez de verterla al mar, sin embargo aún no puedo asegurar que éstos sistemas de tratamiendo natural ofrezcan las mismas garantías que un sistema tradicional.

Existe una empresa dedicada a tal fin, una iniciativa de un jóven extremeño. Aquí tenéis su blog [http://topalantismo.blogspot.com] (Su web no funciona).

Otra solución para integrar la naturaleza en la ciudad, son los jardines verticales. Principalmente se trata de dotar a las paredes del edificio con un manto verde. Después de leer bastante, he llegado a la conclusión de que no es un sistema sostenible, es más un ornamento.

El principal problema que presentan es que al trabajar en una verticalidad, el mantenimiento resulta muy complicado, hace falta un sistema de riego costoso y no demasiado eficiente, eleva bastante el costo del edificio, introduce el problema de los insectos en la vivienda (las ventanas actúan de entrada) y mucho de éstos sistemas están patentados y fuertemente capitalizados. Por lo tanto, de momento, lo descarto. Quizá un sistema con enredaderas sea más barato, no necesita de un riego vertical, sino únicamente en la base, aunque sigue presentando bastantes problemas. Como aún no lo he investigado bien, no me pronunciaré al respecto.

En el esfuerzo de integrar la naturaleza en la ciudad, no sólo están los techos y fachadas verdes. Están bien pero no son una solución mágica a nuestros problemas. Hace falta, en mi opinión, un esfuerzo mucho mayor. Lamentablemente no os puedo hablar de eso por que aún no he concretado ideas al respecto. Se me ocurren bastantes pero no sé ni siquiera si podrían ser viables. Cuando lo averigüe, os lo comentaré.

Otro aspecto que quizá exija un estudio más profundo (principalmente por el costo y problemas en cuanto a ruido generado) sea el uso de generadores eólicos de eje vertical. El principal problema de los generadores eólicos es el ruido. Al parecer, y hasta donde yo sé, los generadores de eje vertical generan menos ruido que los de eje horizontal, pero sigue siendo un problema. Otro de los problemas que se le puede achacar a los generadores eólicos es la falta de viento. Si bien en A Coruña casi siempre hay viento, en otros lugares no es así, pero de todas formas los generadores de eje vertical funcionan incluso con velocidades extremadamente bajas. Incluso funcionan con turbulencias, sin una dirección más o menos definida del viento. Ésto es importante en las ciudades, que producen muchas turbulencias. Por eso creo que, en las ciudades, son más beneficiosos que los generadores de eje horizontal. Como contrapartida, aprovechan peor las grandes velocidades.

Las placas fotovoltaicas tienen la ventaja de que, salvo por la noche, en mayor o menor medida (cielo nublado) siempre hay radiación solar. Quizá haría falta un estricta regulación para evitar que nuevas construcciones eclipsaran a los paneles solares instalados. Combinando generación eólica y solar se garantiza una generación prácticamente continua.

Edificio
Esquema muy sencillo de edificio con techo verde, recolección de lluvia y generación eléctrica

Desde mi punto de vista, la generación distribuída tiene mucho que decir en el futuro de la generación eléctrica. Sin duda el poder y las corporaciones no se sentirán cómodos ante la posibilidad de que cada vivienda o edificio pueda generar parte, toda, o más energía de la que consume¹, e intentarán poner trabas de alguna manera. Las viviendas podrían vender los excedentes, o, como mínimo, canjear esos excedentes por descuentos en las facturas que se produzcan en periodos donde no exista un excedente energético (aunque no tiene mucho sentido). Tarde lo que tarde en hacerse real, creo que un futuro con una configuración semejante es inevitable.

Evidentemente, convertir una ciudad en un espacio semejante supone una gran inversión inicial, pero a la larga el ahorro y los beneficios, tanto a nivel energético como humano, son incalculables. Un cambio de semejante magnitud no partiría únicamente de un capricho arquitectónico, sino que tendría un impacto fuertísimo en el hábitat en el que se desarollase.

Ahora, imagináos que todo ésto se combina con el uso de energías alternativas (que se están implantando a pasos agigantados pese a las dificultades y trabas del gobierno) y una paulatina sustitución del parque móvil español por vehículos híbridos o que no produzcan emisiones en su funcionamiento (marginemos las emisiones producidas en su manufactura).

Le devolveríamos a la naturaleza una parte considerable del terreno que le hemos quitado.

Como véis, no he inventado nada. Resultó que todo lo que se me ocurrió ya existía. Es tecnología que ya podemos adquirir en el mercado, tecnología actual. Y me alegro de que se así, por que estando ya definidos todos éstos conceptos, sólo nos queda reunirlos, y poner el conjunto en práctica.

¹ Ya existían edificios que consumen más de lo que gastan. Lo interesante de la iniciativa del enlace es que lo hacen por el mismo precio que un edificio tradicional. Hasta ahora, obtener semejante rendimiento energético es muy caro. Sin embargo actualmente se está viendo que es posible crear edificios de éste tipo, combinando tecnologías de ahorro energético pasivas, activas, y una arquitectura sobria, pero eficiente.

Saludos a todos.

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