Revista Arte

Olas Negras con Aleteo de Mariposas

Por Photosatriani @artimprove
Black Waves: lost, inmersed and reborn

Una de las exposiciones que he visitado en PHE19, ha sido la que para mí es la mejor propuesta expositiva del certamen, montada en el Espacio Fundación Telefónica sobre Wiliam Klein. Cuando estuvo allí, vi el anuncio que, en el mismo Espacio, había una instalación de teamLAB. Desconocía totalmente a teamLAB pero, como la exposición parecía tener a que ver con el mar y como acabo de finalizar la serie Absolute Sea, decidí aprovechar y subir a la cuarta planta del edificio. Entrar en aquella sala, ha sido como entrar en otro mundo: oscuridad total, silencio, roto únicamente por un sonido relajante; una enorme pared frente a mi repleta de mariposas que volaban en un enjambre coloreado; a los dos lados, olas negras con espuma blanca que se movían con un ritmo incesante y dramático. Había entrado en el mundo creado por el colectivo artístico, ahora compuesto por unos cuatrocientos profesionales entre artistas, programadores, matemáticos, ingenieros, animadores digitales y arquitectos, llamado teamLAB. Este colectivo usa la tecnología para crear piezas artísticas inmersivas, que modifican y expanden nuestras experiencias sensoriales, invitándonos además a ser parte activa de la “perfromance”.  La interacción de los espectadores con la pared de las mariposas (Flutter Batterflies, born from hands) generaba la aparición y desaparición de mariposas y consecuentemente se generaban cambios en la forma del enjambre y de su dirección de vuelo. Una sensación bellísima porque uno se siente vinculado con otros seres vivientes y con la Naturaleza en general. La intervención de más de una persona a la vez genera una combinación de posibilidades que dejan totalmente embrujado al espectador.

Flutter Batterflies, born from hands

A lo largo de todas las paredes de la enorme sala, continuaba el incesante moverse de una enorme masa de agua negra y de espuma blanca (Black Waves: lost, inmersed and reborn) que, gracias también a algunos espejos presentes en puntos estratégicos, hacía sentir al espectador inmergido en un océano infinito de agua, de espuma, de ritmo y de belleza, sintiéndose como parte de él, una partícula más que se mueve e interactúa con lo que se está viviendo. La cosa sorprendente, por lo menos para mí que soy informático de formación, es ver cómo está perfectamente resuelto el complicadísimo tema de hacer interactuar armónicamente y coherentemente las masas de aguas que se chocan; habrá miles y miles de combinaciones diferentes en estos choque pero en ninguno de los casos que he presenciado allí, ha habido un resultado no-armónico de estos choques. ¡Una pasada! Para quien tiene la curiosidad de conocer un poco más la filosofía de team LAB, vea este vídeo.


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