Sé que todavía faltan algunos años, pero ya me estoy preguntando qué haré cuando Diego y Viviana quieran vestirse, hablar y comportarse como sus estrellas favoritas. De hecho ya lo hacen, por lo menos Diego que es el que habla.
Diego me viene con frases y coreografías de sus Dora y Ronnie Rotten (personaje de Lazytown), entre otros. Y por ahora lo dejo que se divierta de tal manera porque no creo que alguna vez veremos a Dora en un video porno o diciendo groserías por You Tube, o cambiando de novio cada semana, o siendo cruel con otros personajes (por lo menos no la verdadera Dora de Nickelodeon).
Pero, cuando mis hijos tengan 7, 9 o los años que sea y quieran que le compre la misma ropa de la Belinda, Miley Cirus, o Jonas Brother que esté para su tiempo, espero acordarme de mi promesa solemne de NO permitírselo. Estos famosos no son caricaturas ni personajes inventados (aunque parte de su marketing sean personajes de series o películas), son personas reales que se equivocan y fallan como cualquier otra.
Si no permito que mis hijos idealicen a ningún famoso, pues no me veré en la penosa necesidad de tener que estar boicoteándolos cuando hagan algo que me parezca moralmente cuestionable o tener que tener largas conversaciones con mis hijos sobre porqué X ó Y está en tal video o imágenes.
Si les enseño a mis hijos a distinguir entre un personaje que está representado algún famoso en la TV o en el cine y la persona real que se esconde tras esa representación, espero que la distinción ayude a mis hijos a tener más auto-estima, y confiar más en sí mismos y sus verdaderos amigos que los rodean.
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