Que vienen las elecciones: Todo por el voto

Para empezar, el PSOE ha tenido prisa en acordar la reforma de las pensiones, cuando no corre ninguna, para poder aplacar a Los Mercados, para dar la impresión de concordia y para intentar levantar la cabeza en la política nacional, en vista de que no se producen los acontecimientos que podrían hacer que se acercara en las encuestas al Partido Popular (el fin de ETA y la superación de la crisis).

Por otro lado, el mismo PSOE está alimentando la teoría de la sucesión del propio Zapatero para mantener entretenidos a los cronistas con noticias del “Sálvame electoral”.

Los sindicatos, yo creo que de forma equivocada, no han querido una ruptura con el gobierno “socialista” para que la pepería no pudiera seguir hablando del desencuentro entre ambos y aprovecharse para abrir más la brecha de la que existe entre los dos partidos mayoritarios, en las encuestas. Han dado, a costa de un mal acuerdo, oxígeno al gobierno socialista.

Y qué decir del PP. Se le cae la baba y no quiere desaprovechar de ninguna manera esa ventaja que hoy tiene, gracias a la crisis y a la nefasta política económica de Zapatero y Cía. Y, aunque le estén allanando el camino, poniéndoles la alfombra para la Moncloa, quieren asegurárselo a todo costa. Y para ello utilizan cualquier táctica que piensen que les pueden dar votos. Sin pruebas, sin datos documentados, sin testigos y también sin vergüenza, han empezado a disparar.

Por un lado, la Sra. Cospedal, demostrada mentirosa compulsiva –ya que suelta historietas graves y nunca denuncia ni tiene pruebas— ha vuelto a decir que los socialistas les espían. E insiste en que además, tiene pruebas, pero que no denuncia. No hace falta más que un poco de sentido común para saber que si tuviera la mínima prueba hubiera iniciado un proceso judicial. Pero ella prefiere insistir y crear dudas entre los electores.

Por otro lado, Arenas y después otros miembros peperos destacados han vuelto a poner en órbita, algo que estaba enterrado: La conspiranoia del 11-M. Y es que no se andan con chiquitas y les importa un bledo mentir sobre 192 cadáveres, reírse de los familiares y crearles dudas, siempre que piensen que eso les puede dar votos.

Y yo me pregunto ¿cómo puede dar votos resucitar una teoría que los propios jueces y la opinión pública en general han dado por falsa? Una teoría que desterró el propio Rajoy en televisión. Sólo se me ocurre una razón, hacer un trueque con el rey de la conspiranoia: Pedro J. y su periódico El Mundo. A cambio de ayuda electoral que el periódico otorgue a los peperos, estos dan crédito a la teoría conspiranoica inventada por el diario, y alimentan a la bicha y, así, ayudan a vender más ejemplares del mismo.

Por cierto, un senador del PP –loco de remate, no se puede entender de otra manera, por muy senador que sea— afirma que los terroristas del 11-M no se suicidaron en Leganés, sino que la policía les asesinó. Es lo que tiene estar obsesionado con una mentira y emborracharse de ese poder que piensan que está ya en sus manos. ¿No es esto un delito?

Ha llegado el todo-vale. Lo que habrá que aguantar hasta Mayo. Y es que cuando se aproximan las elecciones se abre la feria de las vanidades, las mentiras y los despropósitos y se pone en práctica ese lema tan bonito: Todo por el voto.

Salud y República