Revista Diario

Ratón de biblioteca...

Por Yopo
Ratón de biblioteca...Si no fuera porque no puedo concentrarme bien en esos lugares sin alma, llamados bibliotecas, sin duda me estaría convirtiendo en uno. En un roedor que habita entre libros, que se alimenta de frases, de palabras, de letras…
En plena época de exámenes, no queda otra: Empollar, estudiar, pulir los codos, calentarse los cascos, romperse la cabeza, quemarse las cejas… Hay muchas formas de llamarlo, pero solamente hay una forma de hacerlo. Y es tan aburrida, que por ello estoy aquí. Escribiendo una vez más, aunque vaya pillado de tiempo, y evadiéndome del estudio.
Y es en parte por eso por lo que no puedo estudiar en bibliotecas. A ver, poder sí que puedo, de hecho voy a estudiar a esos sitios de vez en cuando, pero no me cunde nada. Y no puedo evitar mirar lo que estudian los de al lado, ¿no os pasa? Es superior a mí. Siempre que el que está a mi lado se levanta, cotilleo lo que estudia. Me hace gracia ver si la gente es de letras o de ciencias, o si por lo que estudia puedo adivinar en que carrera está. Muchas veces funciona! En serio, ¿soy yo el único que lo hace?
A mí la biblioteca es que me echa para atrás… Porque no puedo levantarme y pasear, porque no puedo hablar en alto, porque no puedo irme a la cocina y hacerme un bocadillo, o tomarme un vaso de leche. Porque aunque pueda descansar media horita para tomar el pinchito de tortilla, luego el propio mecanismo de la biblioteca me obliga a estar horas sentado. Y a mí me es imposible, porque soy un poco hiperactivo, ¿nunca os lo había comentado? Pues sí, tengo el ligero problemilla de que no puedo estarme quieto. Sólo paro cuando estoy durmiendo… y casi ni eso. El resto del día siempre me estoy moviendo. Viene de familia, debe ser genético. Y claro, a la hora de ponerse a estudiar en la biblioteca puede ser un problema.
Tampoco aguanto ese silencio sepulcral... Porque me ocurre algo extraño, ya que aunque yo estudio bien con ruido, una vez me acostumbro a esa quietud permanente, o bien al murmullo ahogado de la gente, al menor sonido me distraigo. Y no soporto el taconeo de alguna al entrar, ni los portazos, o las conversaciones en susurros cercanas… ¿tiene alguna ventaja estudiar en la biblioteca?

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