Reseña: Taint – S. L. Jennings

Taint
S. L. Jennings

Raro es el libro de Erótica que consigue mantenerme enganchado a la lectura, pero la buena señora Jennings ha conseguido picarme con una historia que ha resultado ser lo contrario de lo que aparentaba. Y es que leyendo el argumento cualquiera se imagina que estás ante un libro que va a rozar lo pornográfico. Como bien dicen, las apariencias engañan.

El libro trata sobre un tal Justice Drake, que tiene una escuela ultrasecreta para mujeres ricas cuyos matrimonios peligran porque sus maridos no se quedan satisfechos sexualmente. En este centro, y le cito textualmente, “convierte a amas de casa en prostitutas”. Así, tal cual. Con este resumen argumental, me esperaba que el profesor lo único que iba a hacer sería ponerlas en fila con el trasero en pompa e ir de una en una “enseñando cómo se hace”. Esperaba dominación, bondage y un poco de sadomasoquismo. Además esperaba que todo el conjunto diese bastante asco.

Pero para mí sorpresa, no hay nada de lo que he dicho con anterioridad. El libro es una gozada de leer, teniendo sólo dos puntos flojos: el principio y el final. El principio me resulta excesivamente machista. Hasta donde yo sé, la insatisfacción en la cama no tiene por qué deberse en exclusiva a la mujer. Igual los maridos también necesitan clases… Este es un detalle del que te olvidas rápidamente una vez que te sumerges en la dinámica de Oasis (el nombre del centro). Y es que no es en absoluto un centro para satisfacer las necesidades de Justice, si no un lugar para acomodar a las mujeres en su sexualidad. Pero no desde una manera casta y tímida, no. El profesor obliga a sus alumnas a afrontar el sexo y no tenerle miedo.

En sus clases les enseña cosas tan básicas como la seducción, la atracción y todo lo que hace referencia al juego previo a la pérdida sustancial de ropa. Pero también hay clases sobre puntos erógenos, masturbación, posturas sexuales… En ningún momento las demostraciones las realizan Justice o sus alumnas. Para las clases más atrevidas tiene a varios profesionales a los que no les importa enseñarlo todo delante de un montón de desconocidas. Una de las cosas que más me ha gustado es que el protagonista tiene la estricta política de no acostarse ni sobrepasarse con sus alumnas.

Otra cosa que destaco mucho y de manera muy positiva es el hecho de que el libro esté contado desde el punto de vista de Justice y no de Ally. La inmensa mayoría de la novela romántica y erótica siempre se centra en ellas, por lo que leer todo el libro desde la perspectiva de Justice ha sido una novedad muy bien recibida. Y que ha dado un dimensión muy interesante a esas escenas en las que se describe a sí mismo… Sí, me gusta leer a un hombre hablando de la definición de sus abdominales.

Justice me ha encantado. Es un capullo con sus alumnas, pero siempre de una manera muy educada. Es un tipo muy cáustico que se cree inmune a cualquier tipo de sentimiento. Por eso, cuando Ally aparece en escena, ver cómo se desmorona su castillo de naipes poco a poco es bastante entretenido de leer.

Una pena el final. Me ha parecido muy forzado y, para colmo, no explica lo que ha ocurrido para llegar a esa situación. Sea como fuere, la última página no me ha conseguido estropear el bonito viaje.