Revista Cultura y Ocio

Sectores emergentes, productividad emergente(7 min.)

Publicado el 10 abril 2013 por Jblor8
Sectores emergentes, productividad emergente


porJuan B. Lorenzo de Membiela


El entorno internacional descrito por el informe « Fundación BBVA-Ivie 2011 », comprometía la competitividad española por los siguientes factores[1]:a)Consolidación de nuevos competidores en la producción de manufactureras y en la atracción de inversiones tanto en la Europa del este y principalmente en Asia. Estas naciones han creado   mercados sugestivos para inversores y exportadores de todo el mundo.b) Las nuevas tecnologías se han convertido en motores de innovación y productividad. Las economías avanzadas construyen su capacidad de competir en una mayor eficiencia o productividad.c) La globalización ha generado interdependencia y mayor complejidad en las relaciones económicas, en especial en los mercados financieros.El informe[2]« Situación España. Primer trimestre 2013 » publicado por el servicio de estudios del grupo BBVA en 11 de marzo de 2013 diagnostica una contracción del PIB en -1.1% en 2013, algo menor que el alcanzado en 2012. Con una mejoría prevista del PIB en 2014 en torno al +1.1%. Recuperación del crecimiento en 2014 por « mejora de la eficiencia » del mercado de trabajo derivado de la reforma laboral y disminución de la tasa de empleo a mediados de junio de 2014.Ello es producido por las siguientes circunstancias:a) La desaceleración que la economía mundial ha sufrido en años anteriores ha desaparecido en el último trimestre de 2012 (El Fondo Monetario Internacional concreta el crecimiento en el tercer trimestre de 2012 en un 3% con un incremento gradual durante 2013).b) Robustez de las exportaciones, en 2012 aumentaron un 3.4%.c)  Incremento en maquinaria y equipo necesitado para la actividad exportadora.d) Política fiscal menos contractiva que en 2012 y 2013.e) Incremento de gasto del turismo un 3,8% en 2012 y un aumento de visitas, sobre 40,1 mll. .f) Ajuste entre los inputs: empleo- horas de trabajo y remuneración, que producirán aumentos de productividad.La recuperación de la economía se produce, principalmente, por el crecimiento internacional y por la flexibilidad del mercado laboral recogido en el RD-Ley 3/2012. Este ha supuesto   una mayor autonomía en la contratación laboral pero también una devaluación retributiva que se deduce ya como medida estratégica para incrementar productividad en España.Como ejemplo, la industria automovilística.La inversión de la industria del automóvil europea y japonesa en España sigue creciendo porque fabricar en España resulta un 40% más barato que en el resto de Europa («The New York Times», de 27 de diciembre de 2012). La competitividad en este caso se ha conseguido a través de una reducción de costes salariales. Tanto Volkswagen, como Ford, Nissan e Iveco y Renault anunciaron inversiones que generarán empleo. El coste laboral en España por hora se sitúa en 20,60 , muy por debajo de Alemania, con 30,10 € y Francia, con 34,20 €. PSA Peugeot-Citroën se encuentra en negociaciones con los sindicatos, después de anunciar en julio el cierre de su fábrica de Aulnay-sous-Bois, cercana a París, para 2014.

Para The New York Times, la industria automovilística española no tiene un acuerdo sectorial de negociación colectiva con los sindicatos. Por ello, cada fabricante ha podido ajustar las horas de trabajo de sus empleados a la demanda cambiante. Son 300.000 personas las que operan en este sector productivo, siendo el 2º productor de automóviles de Europa y el 12º del mundo, con 1,98 mll. de unidades. El primero es China con 19,27 mll. de unidades,  seguido de EEUU con  10,32 mll. y Japón  con 9,94 mll.(« El mundo » de 7 de marzo de 2013).

En 2007, España ocupaba el puesto 6º, lo que demuestra una pérdida de competitividad flagrante (« iProfesional.com », de 19 de noviembre de 2007).Es destacable el « Plan 3 millones »,presentado por ANFAC (Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones) en Casa de América en 13 de noviembre de 2012 y que será expuesto a los diputados nacionales en 10 de abril de 2013. Se pretende incrementar la producción generando puestos de trabajo.Como ejemplo, la robótica.Pero la productividad en España tiene otras muchas aristas que pasan desapercibidas. España es una de las potencias mundiales en la robótica. Nuestro país ocupa el 7º lugar del mundo y el 4º de Europa con cerca de 22.000 unidades (« Red Universia », de 28 de junio de 2007). Toda esta tecnología ayuda a la empresa a mejorar su competitividad pero también a crear puestos de trabajo para su fabricación, comercialización, instalación y mantenimiento. España supera al Reino Unido y está asimilada a Francia. Solamente Japón, Corea, Alemania, Italia, Suecia y Finlandia nos aventajan.La productividad de un país se mide cada vez más por el grado de automatización implantado. España tiene 89 robots operativos por cada 10.000 trabajadores; Alemania, 162 robots por cada 10.000 trabajadores. A nivel mundial, en Japón operan 329 robots por cada 10.000 trabajadores.Es indudable que la automatización en las empresas genera competitividad al reducir costes de producción. Y ello permitiría penetrar en otros sectores productivos - además de la industria automovilística - que hasta ahora han estado acotados a nuestras posibilidades tecnológicas.Como ejemplo, la esfera personal.Costes salariales ajustados y automatización productiva, como respuesta a la crisis supone una solución para crecer económicamente y reducir la cifra de desempleo.Sin embargo, no hay que olvidar el capital humano. Para  Cuadrado Roura y Maroto Sánchez ( 2012:151), lograr productividad exige cambios estructurales que activen el dinamismo económico, pero también adoptar medidas que estimulen la inversión productiva, la incorporación de nuevas tecnologías y el mejor aprovechamiento del capital humano disponible[3].La innovación no es solamente maquinal, también gestora. Administrar unidades productivas con sistemas que no prescindan de lo creativo personal es una asignatura pendiente porque lastra eficiencia. Es un paradigma que debe afrontarse y que ni siquiera la formación puede modificar. Es un atavismo que pivota entre el egoísmo personal que teme el cambio y las exigencias de productividad dado el imperativo cartesiano de la estadística económica. No es una cuestión doméstica sino propiamente humana, por ello, universal. Para Idalberto Chiavenato (2009), el nuevo orden es la competitividad de la empresa mediante la calidad y la productividad de las personas. Y, en frente, la innovación necesaria para el mejoramiento continúo de la organización[4].Como ejemplo, valor en China, Rusia y países emergentes.China hoy, el mayor consumidor del mundo, se ha convertido en cliente de productos europeos de calidad que sobresalen sobre otros no tan excelentes. Es sobre esa excelencia en donde cabe encontrar soluciones satisfactorias para todo emprendedor.Se precisa superar una cultura de la cantidad por otra de la calidad. Pero ese cambio de modelo requiere estrategias complejas para que se materialicen en lo palpable diario. Y todo cambio produce fricciones… eso es lo que se llama « el problema ».





[1]http://www.fbbva.es/TLFU/dat/ivie_crecom_2011_completo.pdf

[2]http://www.bbvaresearch.com/KETD/fbin/mult/1302_Situacionespana_tcm346-373390.pdf?ts=2022013[3] Cuadrado Roura, J. R. y Maroto Sánchez, A. (2012), El problema de la productividad en España; causas estructurales, cíclicas y sectoriales, Madrid: FUNCAS.[4]Chiavenato, I., (2009), Gestión del talento humano,México: McGraw Hill. 


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