Revista Educación

Telón rojo

Por Siempreenmedio @Siempreblog

telc3b3n-rojo1Se abre el telón. Habitación oscura. En diagonal, una cama revuelta, colcha de invierno, mesa de noche con lámpara de lectura encendida, una ventana con la persiana bajada, estantería con libros. Cortinas de algún color liso. Una forma se mueve sobre la cama, protesta de vez en cuando con gemidos de dolor. Van en aumento, se retuerce, hasta que se oye un grito, más bien de rabia.

-   ¡Mierda! Siempre me pasa lo mismo. (Mira en la mesilla de noche, revuelve en el cajón, no encuentra lo que busca). ¡MIERDA! (Se levanta, sale de escena, vuelve con un vaso de agua en la mano, hace el gesto de tragarse una pastilla. Se sienta en la cama, mira el reloj de muñeca. Resopla. Mira al público. Sonríe, saluda con un gesto y un sonido que suena a “holaaaa”. Silencio molesto. De pronto la mujer siente que tiene que comunicarse con el público). Ahora sólo hay que esperar a que haga efecto. (Silencio, luego aclara:). La pastilla, digo. (Silencio). Es que me está bajando la regla y me pongo malísima. (Silencio). No pasa todos los meses, pero cada dos o tres me pongo a morirme… “En ocasiones veo muertos…” (Sonríe. Silencio). ¡“Veo a todos tus muertos”! (Se ríe)… bueno… (Silencio incómodo). Es que desvarío un poco. No he pegado ojo en toda la noche con tanto retortijón… Es un estado de vigilia raro. Tengo muchísimo sueño y no estoy ni dormida ni despierta, pero soy incapaz de levantarme a por la pastilla… hasta que me empiezan los latigazos, que son como puñales en toda la mitad del… ARGH… Un dolor… Pero bueno, dicen que es mejor tenerla que perderla… Porque la menopausia debe ser jodida… (Retortijón. Silencio). A mí me bajó la regla con 17 años. Ya le había bajado a todas mis amigas y a mí, nada. Ellas me decían “mejor para ti, esto es una lata”, pero al mismo tiempo me miraban por encima del hombro, las muy putas, como si el hecho de tener la regla las hiciera más mujeres que yo… Fatal… Bueno, esto de la regla es misterioso, ¿no creen? (retortijón, dolor, silencio)… El misterio de su puta madre… (entre dientes)… Ya pasó. Soy como la niña del exorcista (Sonríe, se incorpora un poco). Ay… (sonríe) recuerdo la primera vez que creí haber perdido la regla por un tiempo. (Pausa) Fue la primera vez que creí estar embarazada. (Se pone muy seria). Casi me muero del susto. Con 18 años no era plan. Mi novio era un manta. Y sí, fue la primera vez. Ya habría tenido tino el tío… Pero al final sólo fue un susto. (Pausa) Mi regla es como un reloj del chino, de los de dos euros…: da la hora cómo y cuando le da la gana. Que tenía exámenes, se me retrasaba entre una semana y diez días. Que tenía una cita, se adelantaba la muy cabrona para joderme el fin de semana… porque eso sí, suele elegir los fines de semana, para joder bien. No baja un lunes, no, ¡¡un viernes!! ¡¡¡Un sábado!!! ¡¡¡¡Ahí!!!! (Silencio incómodo). Pero lo normal es que se retrase, con el consecuente susto mensual, porque una nunca sabe si el sistema elegido funciona al cien por cien. Yo ando entre la píldora, el anillo y los condones, va por épocas. Pero bueno, a ustedes que yo les cuente esto de mi regla se la traerá al pairo ¿no? (Interpela al público. Silencio). Ya me lo imaginaba.

Baja el telón. Rojo.

 


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