Revista Cine

Una mujer sin filtro

Publicado el 18 enero 2018 por Diezmartinez
Una mujer sin filtroEl primer taquillazo nacional del año -670 mil asistentes y 37 millones de pesos en su primer fin de semana- ha resultado ser Una mujer sin filtro (México, 2017), el más reciente largometraje del director televisivo y ocasional cineasta especializado en comedia Luis Eduardo Reyes (Amor letra por letra/2009, Qué pena tu vida/2016).Estamos ante el remake mexicano de Sin filtro (2016), una exitosa cinta chilena escrita y dirigida por Nicolás López, quien se ha convertido en una figura clave del cine de nuestro país, pues el taquillazo nacional del año pasado, Hazlo como hombre (2017), fue dirigida por él y, de hecho, Qué pena tu vida, la cinta que dirigió Luis Eduardo Reyes hace un par de años, también fue un refrito de otra película chilena de López, llamada de igual forma y realizada en 2010.Paz (en la película chilena, Pía) es una publicista de 36 años de edad que un malhadado día sufre una serie de pequeñas y grandes humillaciones que la hacen estallar, provocando que suelte de su ronco pecho todo lo que piensa de los que la rodean: su marido pintor abstraccionista y huevón (Alejandro Calva), su jefecito junior bueno-para-nada (Mariano Palacios), su vecino argentino fiestero (Ariel Levy), la babas muchachita millenial que la acaba de suplantar en el trabajo (Pamela Moreno), el viene-viene extorsionador (Daniel Sosa), el técnico del internet con todo y su contrato abusivo (Guillermo Villegas), su amiga que nunca la escucha (Sofía Niño de Rivera), su patética hermana adoradora de los gatos (Mara Escalante) y hasta su exnovio (Flavio Medina) que, aunque está a punto de casarse, todavía la ronda como el amigo buena-onda que la apapacha en toda ocasión.La premisa es, sin duda, ingeniosa. La comedia parte de la idea de que es gracioso ver a un personaje actuar de una manera completamente distinta a la que está acostumbrado, tal como el abogado transa Jim Carrey no podía evitar decir la verdad en Mentiroso, mentiroso (Shadyacm 1997). Aquí, pues, se supone que resultará chistoso ver a la estoica y apacible Paz convertirse en un auténtico huracán, dispuesta a decirles sus verdades a todos.El asunto es que, aunque Fernanda Castillo está muy bien como la encabronada Paz, el resto del reparto no está a la misma altura y, peor aún, el director Luis Eduardo Reyes no logra darle el ritmo adecuado a la comedia, un género que pide a gritos precisión corporal de parte de sus actores, un adecuado movimiento dentro del encuadre, un corte preciso para hacer conectar ideas o imágenes disparatadas. Nada hay de ello en la realización de Reyes, desprovista de la suficiente fuerza para que la comedia funcione como debería. Una lástima, porque el personaje y la actriz merecían otra suerte. 

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