Revista Música

Vetusta Morla: tintes de otras artes en su música

Publicado el 29 noviembre 2015 por Germanpri

Corría el año no-sabemos-cuál en Egipto y, en el seno de una familia de israelitas humildes, nació Moisés. El faraón de entonces, atemorizado por el crecimiento del pueblo hebreo en territorio egipcio, ordenó aniquilar todo varón israelita que naciera. Ante la eminente muerte de la criatura, la madre colocó al pequeño en una cesta y la depositó en el Nilo con la esperanza de salvarle la vida. La cesta, con el inocente dentro, siguió el camino que dictaba la corriente y así Moisés llegó a buenas manos; pero eso es algo que ahora no nos interesa y nos detendremos aquí para hablar de Vetusta Morla y su tema . El paralelismo entre la suerte que corría Moisés -en el río- y la suerte que corre cualquier creación artística cuando el autor la deja correr es innegable: el progenitor/creador se deshace de su preciada creación, deseando lo mejor para la misma, pero a la vez exponiéndola a peligros de los que ya no podrá protegerla. En el río es un título que pone de manifiesto la incertidumbre de todo grupo cuando saca disco al mercado y, por esa razón, seguramente, fue el primer tema de "Mapas" que los de Tres Cantos dieron a conocer al público.

Ya no estás,

te dejé al borde del río

metidito en esa cesta.

Y ahora tu vacío gira y gira

para siempre

dentro de una rueca.

Musicalmente presenta unos agudos notables en la voz, un ritmo poco usual (5×4) y carece de estribillo, pero quien busque referencias a otras artes no podrá dejar de fijarse en esa rueca y en Aracne y Atenea, inspiradoras de Las Hilanderas de Velázquez. Para los que no sepan mucho de cultura clásica, Aracne era una joven de Lidia que poseía una gran habilidad para tejer. Orgullosa de su talento -y pecando de prepotente-, se atrevió a desafiar a Atenea, diosa de las hiladoras e inventora de la rueca. En el reto, cada una tejió un tapiz y, a pesar de estar perfectamente hilado, el de Aracne fue considerado un insulto a los dioses por la escena que representaba -que eran los amoríos deshonrosos de las divinidades- y fue destruido por la misma Atenea. Aracne, enloquecida al ver que la maravilla que había tejido era despedazada, intentó ahorcarse. Fue entonces cuando, para evitar la tragedia, la diosa convirtió a la muchacha en araña, condenándola de esta manera a tejer eternamente. La rueca que gira es símbolo de repetición y de bucle, hecho que hay que poner en relación con la composición instrumental, que al ser una sucesión de acordes que son todo el rato el mismo, favorece la imagen de bucle.

Pero las referencias mitológicas no acaban aquí, ¿pues qué son los cantos de sirena sino otra alusión a la cultura griega? Tampoco Velázquez es el único pintor invitado a tomar parte en la letra, puesto que cerca del minuto 1:20 se habla de "muerte a garrotazos, una estampa muy goyesca". Sin duda lo es y hace referencia a Duelo a garrotazos, una de las famosas "Pinturas negras" de Goya.

Vetusta Morla: tintes de otras artes en su música

El séptimo arte tampoco escapa a los madrileños y sus Baldosas amarillas nos llevan a la película más significativa del surrealismo español: Un perro andaluz de Luis Buñuel.

Tú has tardado en contemplar la luna,

sin angustia helada en la espalda,

por no poder jugar con su otra cara

que seguro está mejor.

Buñuel lo vio,

la cortó en rebanadas

dejando en el telón

tan sólo la portada.

Para quienes no hayan visto el corto -ni tengan intención de verlo- aclararemos que estos versos hacen referencia a la escena en que un hombre (el propio Buñuel como actor) afila una navaja de afeitar mientras observa, asomándose al balcón, cómo una filosa nube corta la luna. De la misma manera, él secciona el ojo a una mujer y consigue que los espectadores como nosotros apartemos la vista de la pantalla unos segundos.

Hecha la incursión en "Mapas", retrocedamos un momento hasta "Un día en el mundo" para recordar que también viene del cine la Alicia de Copenhague. (Podéis leerlo aquí). Sin salirnos del mapa, paseemos por la Saharabbey Road, título en clara alusión a The Beatles, cuyo duodécimo álbum de estudio bautizaron como "Abbey Road".

El folklore es otro elemento palpable en las canciones de la banda madrileña, y si en "Mapas" rescataron la figura del hombre del saco para representar a los gobernadores más tiranos, en la canción Los buenos no dudaron en incorporar un verso de "la del barquero" entre sus estrofas: "Las ganas de inventar y una tiza al cielo marcarán la frontera de mi razón y un arsenal de paciencia y celos nos recuerdan: las chicas no pagan dinero". "La del barquero", popularmente conocida como Al pasar la barca, es una canción infantil que solía ser cantada mientras se saltaba a la comba (desconocemos si se sigue cantando, lo mismo sobre si se sigue saltando a la comba).

Al pasar la barca,

me dijo el barquero:

las niñas bonitas

no pagan dinero.

Al volver la barca,

me volvió a decir:

las niñas bonitas

no pagan aquí.

[...]

Ahora daremos un salto a "La deriva". Tanto si lo pretendían como si no, La mosca en tu pared evoca irremediablemente a La Metamorfosis(o La Transformación, depende de quien se haya encargado de la traducción) de Kafka. La Metamorfosis -para aquellos que todavía no han tenido ocasión de conocerla- relata la historia de Gregor Samsa, un veinteañero trabajador que, de repente, un día amanece convertido en un enorme y monstruoso insecto (aparentemente, una cucaracha -que no una mosca-, aunque no consta como tal en el cuento). A partir de entonces sufrirá la repulsión e incomprensión de su familia y, al final... El final hemos decidido no contarlo. Leédla.

Siguiendo en "La deriva", no podemos dejar pasar la referencia a León Tolstói en Cuarteles de invierno:

Botiquines para amnésicos,

leyendas de ultramar.

Soldaditos presoviéticos,

sellé mi Guerra y Paz particular.

Guerra y paz es considerada la obra cumbre del escritor ruso. (Os resumiríamos el argumento como hemos hecho con La Metamorfosis, pero todavía la estamos leyendo). Llegando casi al final de "La deriva", y aunque en el álbum esté en la última posición, Una sonata fantasma fue un tema que se compuso antes que ningún otro del disco: los de Tres Cantos cogieron el soneto 38 de Shakespeare y le pusieron música para un especial del Día del Libro de Radio 3. A su productor, Manuel Colmenero, le encantó; de ahí que lo rescataran y lo reinterpretaran con letra en castellano. Después cambiaron lo de "soneto" por sonata y lo incluyeron en su tercer álbum de estudio. No obstante, que nadie entienda lo que no se ha dicho: la letra de Una sonata fantasma no es ni una traducción ni una adaptación del poema original. Y si queréis comprobarlo, aquí tenéis el soneto:

How can my Muse want subject to invent,

While thou dost breathe, that pour'st into my verse

Thine own sweet argument, too excellent

For every vulgar paper to rehearse?

O! give thy self the thanks, if aught in me

Worthy perusal stand against thy sight;

For who's so dumb that cannot write to thee,

When thou thy self dost give invention light?

Be thou the tenth Muse, ten times more in worth

Than those old nine which rhymers invocate;

And he that calls on thee, let him bring forth

Eternal numbers to outlive long date.

If my slight muse do please these curious days,

The pain be mine, but thine shall be the praise.

¿Cómo puede mi Musa desear objeto de invención

mientras tú respiras, y se derrama en mis versos

el dulce tema de ti mismo, demasiado excelente

para que cualquier vulgar papel lo repita?

¡Oh! Da las gracias a ti mismo si algo mío

digno de tu vista se ofrece a tu lectura;

pues ¿quién sería tan necio que no pudiera escribir de ti,

cuando eres tú quien da luz de la invención?

Sé la décima Musa, diez veces más valiosa,

que aquellas antiguas nueve que los rimadores invocan;

y a aquel que te llama, déjalo producir

eternas cifras que en el tiempo futuro sobrevivan.

Mas, si mi tenue Musa agrada a estos curiosos días,

sea mío el dolor pero tuya la alabanza.

Y terminamos con Puntos suspensivos, pero no para invocar a otros artistas, sino en señal de continuidad -porque Vetusta tiene rueca para rato- y nos reafirmamos una vez más en que no sólo de música se nutre el músico.

Escrito por Antònia Fontirroig

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