Revista Expatriados

Welcome to the real Australia

Por Vitta

Campus de Santa Lucia, Universidad de QueenslandComo dije en una ocasión, cuando uno llega desde la otra punta del mundo, no aterriza directamente en Australia: se le sienta en una salita de espera similar a la de un dentista.
En mi caso, (aviso: viene metáfora) había permanecido sentada en la silla, leyendo el Hola durante unos 3 meses. (fin de la metáfora, gracias). Bueno, teniendo en cuenta que este tipo de consultas se encuentran en una realidad paralela sin noción del tiempo ni una empleada de la limpieza que tenga la cortesía de retirar los ejemplares de 1924, tampoco me habré perdido tanto, imagino. Si algo me ha enseñado m trayectoria como deportista de elite en caries, y la destreza de evitar cualquier tentación de desperdiciar el dinero para chuches en revistas del corazón es que, cuando te encuentras leyendo en ese universo paralelo al que pertenece la clínica del dentista, que Julián Muñoz ha sido encarcelado, seguro que en la vida real, YA ha salido y vuelto a entrar unas tres cuatro veces más.
Anyway. Un día después de 3 meses, desperté de mi "coma síllico"; el tan-agradable-y-dulce sonido del hotmail me avisaba que en mi bandeja de entrada tenía la confirmación de la Universidad de Queensland. Había sido aceptada para estudiar un Master, y según me comunicaban, era lo suficiente cualificada, estupendísima, delgada, inteligente, hermosa, joven, y generosa para soltar la mosca a la mayor brevedad posible. Aunque más que la mosca, podría tratarse de un ejército de moscas con el despliegue de todas sus fuerzas por Aire, Mar y Tierra, si tenemos en cuenta como se las gastan las Universidades Australianas.
Así pues, después de una larga espera, (¡ojo! vuelve metáfora a la carga) se me invitó muuuy amablemente a pagar (perdón, esta dislexia me está matando), quise decir, a pasar dentro. Las puertas de Australia se habían abierto para permanecer así el próximo año y medio de mi vida; mi situación en el país quedaba ahora normalizada gracias a la Student Visa y unos cuantos dólares en efectivo. Y es que quien algo quiere, algo le cuesta. Imagino que como los dentistas no tienen licencia para extraer riñones o un ojo de la cara en el sentido literal, fue un coste que solo sufrió mi cuerpo del sentido figurado.
Ahora, mi mayor preocupación más existencial se centra en quién va a querer hacer grupos de trabajo conmigo, teniendo en cuenta que Australia posee un gran número de población asiática, osea chinos, para los españoles, indistintamente de su país de origen. Y cualquiera sabe que si no te gusta el celdo aglidulce y su licol de hielbas jamás podrás podrás entrar dentro de sus tertulias, bromas privadas y grupos de trabajo de la Universidad. Serás un ser invisible e inexistente en su pequeña y cruel reproducción de China Town. Y por supuesto, mi inglés de Cuenca no me va ayudar en las negociaciones, y muchísimo menos a "abrirles los ojos". Aprobar en un entorno de cinturones negros, se convierte en la menor de las preocupaciones de un estudiante occidental en una universidad australiana. Me van a marginar. ¡OMG, horror! No cabe duda que estoy viviendo una catástrofe sin precedentes, un verdadero suicidio en mi currículum social. Una desgracia más desgraciada que ser presidente del club de Ciencias del Instituto...
Pero como a mi nunca me cunde el pánico (bueno, menos cuando descubro que se me ha colado un calcetín rojo en la colada de la ropa blanca, y si eso mismo le pasa a mi novio, ya es que monto en cólera), sino que lo que sucede más bien, es que al pánico le cundo yo, me he apuntado a unas reuniones de Samurais todos los jueves. Bueno, en realidad el grupo se hace llamar "Internacional Students & English as a Second Language", pero estoy segura que se ocultan con alevosía entre esta masa de gente de todas las nacionalidades que quiere mejorar su inglés conversacional, sus "Comunitation Skills", mismamente. Aja, buena coartada, no cabe duda...pero yo sé que están allí, porque están por todas partes. Así que voy a espiar con la discreción digna de un Ninja, todos sus movimientos ocultos, sus armas secretas, sus bonsais, TODO. Ya sabes lo que dicen: "Si no puedes con el enemigo, haz el amor y no la guerra". Aunque os dejo también la versión censurada para casados: "Si no puedes con el enemigo, únete a él".
Allá voy coreanos, japos, y chinitos en general, abrid bien los ojos, pues estaré en primera línea observando al enemigo. La guerra en la Universidad ha comenzado...
Continuará, To be continued, 続ける mismamente...

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